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viernes, 9 de diciembre de 2011

La peor idea del mundo se ha contado en Durban



¿Qué pasaría si alguien te dijera que tienes que dejar de lado cualquier esperanza de acción climática global hasta 2020?
Bueno, esa es exactamente la propuesta planteada por Estados Unidos y otros países y por la que están presionando en las negociaciones de la ONU esta semana en Durban, Sudáfrica. El retraso de 2020 podría convertirse en la peor idea del mundo.

Esperar nueve años a que haya acción climática no es un retraso, es una sentencia de muerte para todas las comunidades que más sufren el cambio climático y, además, puede anular cualquier posibilidad de volver al nivel de contaminación por carbono al límite seguro de 350 partes por millón.

No es demasiado tarde para conseguir que este retraso sea rechazado. Durante los próximos días, nuestro equipo de activistas de 350.org en Durban estará trabajando con los compañeros de Avaaz y aliados de todo el mundo para aislar a quienes desean que el proceso se retrase, como EE. UU., apoyaremos a los países africanos que luchan por la verdadera acción climática y ejerceremos presión sobre la Unión Europea, Brasil y China para que se unan a África en su iniciativa.

Haz clic aquí para agregar tu voz a un llamado internacional a la acción que estamos entregando en Durban

Las negociaciones sobre el clima de Sudáfrica terminan en solo 48 horas y es vital que maximicemos la presión. Para asegurarnos de que nuestro mensaje llega a todo el mundo, el equipo de Durban hará llegar el mensaje directamente al equipo de negociadores de Estados Unidos en un evento de gran impacto con el que estamos colaborando el viernes. No podemos contarles mucho más, pero nos aseguraremos de que el evento será inolvidable.

Si hacemos que suene una alarma internacional antes de que terminen las negociaciones el viernes, podremos dejar de lado a EE. UU. en el camino al progreso y contribuir al proceso global que logre la acción global en todo el mundo. Obviamente, las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas no van a devolvernos a 350 por sí solas, pero sí tienen el potencial de crear un marco internacional legalmente vinculante que ayude a los países a hacer serios recortes en sus emisiones de carbono.

Independientemente de lo que pase aquí en Durban, hay algo que está claro: todos tenemos mucho trabajo que hacer en nuestros países. En 2012, vamos a necesitar toda la energía del mundo para enfrentarnos a las empresas de combustibles fósiles, que son el obstáculo real al progreso climático. El único modo de desbloquear las negociaciones es acabar con el dominio que tienen sobre nuestros gobiernos.
El camino frente a nosotros parece largo y difícil pero, tal y como dijo Nelson Mandela: "Siempre parece imposible hasta que se consigue". La red de 350 ha conseguido cosas imposibles en el pasado; ahora es el momento de aumentar de nuevo la presión.

Agrega tu voz y reenvía esto a todos tus amigos: www.350.org/es/durban-es
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miércoles, 30 de noviembre de 2011

África subsahariana, continente ignorado




Ayer el Seminario de Investigación para la Paz en Zaragoza presentó el libro que hace el número 25 de sus Estudios para la Paz con el título: 'Africa subsahariana, el continente ignorado'.

ES importante el matiz. Ignorado, que no es lo mismo que olvidado, es mucho peor.

Carmen Magallón y Jesús María Alemany se encargaron de presentar el libro, su contenido, y dar paso a la participación de la mesa en la que estaban la Director General de Educación, el Vicepresidente de las Cortes de Aragón y el profesor Mbuyi Kabunda que entre Basilea y Madrid hizo una escala en Zaragoza para hacer una reflexión que merece la pena desgranar aquí.

El profesor Kabunda, un congoleño de casi dos metros de altura, profesor especialista en estudios africanos, comenzó su intervención dando las gracias al Seminario de Investigación para la PAz por este volumen que según él era necesario para África, porque de manera natural se sitúa entre las dos visiones que normalmente se tienen sobre África: el afropesimismo (que tiene que ver con el afrocatastrofismo) y el afrooptimismo (que tiene mucho de autocmplacencia).

Su discurso empezó con un titular: Este libro supone una Deconstrucción de las Contraverdades de este continente Africano tan maltratado por los medios de comunicación. Ahí queda eso.

La visión de Kabunda nos sorprendió a todos, fue certera, aguda y no exenta de crítica a las mal llamadas a veces políticas de cooperación. Fue deconstruyendo esas contraverdades sobre África que resumió en:
- África no es un continente maduro para la democracia
- África es un continente condenado al subdesarrollo y a la pobreza
- África es un continente violento a causa de conflictos tribales
- Los pueblos africanos no tienen cultura ni historia
- Las migraciones africanas son una amenaza de invasión para occidente

Quizá muchos en la sala ya dudábamos de algunas de estas contraverdades que, no obstante se siguen presentando en los medios de comunicación. Pero mereció la pena escuchar al profesor Kabunda y merece la pena leer este libro para descubrir al continente no ya olvidado, sino ignorado, que crece a un ritmo de un 5% en los últimos años, que tiene implantadas democracias en casi todos los países algunas muy recientes, que en los últimos 10 años ha cerrado 11 conflictos de los 20 que estaban abiertos (algunos de ellos como el del Congo con más de 5 millones de muertos), que rezuma historia y tradición y en cuyo seno migran unos 40 millones de personas de los cuales sólo un 10% llegan a occidente, y cuya migración está motivada fundamentalmente por la crisis climática de la que la mayoría de los pueblos africanos no tienen la culpa.

Lean el libro. Es una muy buena contribución para alcanzar la Paz.Texto secundario Leer más...

jueves, 17 de noviembre de 2011

Derecho a la alimentación. Urgente




El derecho a la alimentación es el derecho a tener acceso, individual o colectivamente, de manera regular y permanente, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, así como a los medios necesarios para producirla, de forma que se corresponda con las tradiciones culturales de cada población y que garantice una vida física y psíquica satisfactoria y digna.

Ya en la Declaración Universal de Derechos Humanos promulgada en 1948 se recogía este derecho, concretamente en el artículo 25, que reconoce el derecho de ”toda persona [tiene derecho] a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación”.

Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación, la FAO, en 2009 había en el mundo 1.020 millones de personas hambrientas y aproximadamente otros 2.000 millones padecen lo que se conoce como ”hambre oculta”, es decir, carencias severas de micronutrientes que dificultan el desarrollo de sus capacidades y funciones vitales.

El hambre es con toda probabilidad la mayor manifestación de ignominia de la humanidad ya que existen los recursos y lo que falta, una vez más, es la voluntad política para que todas las personas puedan ejercer su derecho a la alimentación.



El 75% de las personas que padecen hambre y desnutrición son trabajadores y trabajadoras del medio rural, pequeños agricultores, campesinos sin tierra, comunidades indígenas, pastores o pescadores que no tienen acceso a los recursos necesarios para producir los alimentos que necesitan para llevar una vida plena y digna. Sin embargo, la disponibilidad de alimentos por habitante se ha incrementado al menos en un 20% desde 1960. No se trata, por tanto, de un problema de falta de alimentos. Las raíces del hambre del siglo XXI hay que buscarlas en la exclusión y marginación que padecen millones de personas por causas estructurales y las soluciones fundamentales para erradicarla pasan por medidas políticas que comprometan un cambio de estructuras sociales y económicas.

La lucha contra el hambre ha sido una constante en la cooperación internacional, sin embargo no siempre se ha realizado abordando las causas. A lo largo del siglo pasado y en lo que ha transcurrido del actual, la comunidad internacional ha puesto en marcha diferentes iniciativas para luchar contra el hambre.

Además del reconocimiento del derecho a una alimentación adecuada como derecho humano en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 se aprobó la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial, en la que los participantes en la Cumbre se comprometieron reducir a la mitad el número de personas desnutridas antes del año 2015. Este compromiso ha sido renovado en la Cumbre Mundial de la Alimentación: cinco años después, organizada por la FAO en Roma del 10 al 13 de junio de 2002 y está también incorporado como uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El Consejo de la FAO aprobó en 2004 las ”Directrices Voluntarias para la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria nacional”.

En diciembre de 2008 se aprobó el texto del Protocolo Facultativo para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales que permitirá, una vez entre en vigor, la presentación de denuncias de violaciones de este tipo de derechos y, por tanto, del derecho a la alimentación.

Tras décadas de enfocar la lucha contra el hambre desde la creencia de que el problema del hambre se resolvería mediante la mejora en el suministro de alimentos a las personas que padecen este problema, la FAO incorpora a la lucha contra el hambre el abordaje de las causas que la originan y reconoce que no se trata de un problema de falta de alimentos sino que el principal problema radica en el acceso a los mismos y a los medios para producirlos. Sólo aquellos países que han aumentado su inversión en el medio rural han mejorado sus indicadores de lucha contra el hambre.

Las organizaciones de campesinos de los países en desarrollo lanzan el concepto de soberanía alimentaria, el derecho de los individuos, pueblos y comunidades a definir sus políticas y estrategias agrícolas y alimentarias para la producción y distribución sostenible de alimentos.

La soberanía alimentaria requiere:
- dar prioridad a los mercados locales que se basan en explotaciones campesinas y familiares;
- asegurar precios justos para los campesinos;
- garantizar el acceso a la tierra, al agua, a los bosques y otros recursos productivos;
- inversión pública para fomentar la actividad productiva familiar y comunitaria.
La campaña ”Derecho a la alimentación. Urgente”, apoyada por Ayuda en Acción, Cáritas Española, Ingeniería Sin Fronteras y Prosalus, propone:

1. Efectividad del derecho a la alimentación en el marco de una política de soberanía alimentaria.

2. Respeto, protección y garantía del derecho a la alimentación como derecho humano fundamental.

3. Revisión de políticas públicas y dotación de suficientes recursos para garantizar la efectividad del derecho a la alimentación.

4. Las políticas o acuerdos suscritos por la comunidad internacional deben respetar el derecho a la alimentación.



Declaración de principios de la campaña
Algunas preguntas sobre el derecho a la alimentación
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Informe de Desarrollo Humano 2011




El gran desafío del desarrollo del siglo XXI es proteger el derecho de las actuales y futuras generaciones a llevar una vida plena y saludable. El Informe sobre Desarrollo Humano 2011 demuestra de qué manera la sostenibilidad está íntimamente ligada a la equidad, entendida como justicia social y mayor acceso a una mejor calidad de vida.

Las proyecciones sugieren que si seguimos ignorando los graves riesgos ambientales y las profundas desigualdades sociales pondremos en serio peligro los avances conseguidos en desarrollo humano. Se requieren medidas audaces para reducir tanto los riesgos ambientales como la desigualdad.

Este Informe identifica vías de acción para que las personas, las comunidades locales, los países y la comunidad
internacional promuevan la sostenibilidad ambiental y la equidad de manera que se refuercen entre sí.

Descargar el informe completo aquí Leer más...

Soberanía Alimentaria y Políticas Públicas

Os invitamos a visitar un nuevo blog que se enmarca dentro del proyecto “Pasos: tejiendo estrategias compartidas de incidencia por la Soberanía Alimentaria”, desarrollado por EHNE-Bizkaia, Veterinarios sin Fronteras y Emaús Fundación Social.

El blog se centrará en temas de políticas públicas, normativa y su capacidad para fomentar la Soberanía Alimentaria. En este sentido queremos utilizar este espacio para divulgar información, compartir experiencias, generar debate y facilitar labores de incidencia.

Para ello contamos como herramienta base con una investigación que cubre dos aspectos:
Normativaítica agraria, sanidad, competencia, recursos naturales, igualdad, etc.).

Buenas prácticas de políticas públicas que favorezcan la implementación de la Soberanía Alimentaria, con especial atención a aquellas que hayan sido fruto de procesos de incidencia liderados por organizaciones y movimientos sociales.

Ambos aspectos serán analizados en los niveles internacional, europeo, estatal y autonómico/local.

Además contaremos con artículos y entrevistas a personas y entidades clave en este ámbito, tanto por su implicación en procesos de incidencia como por su conocimiento teórico de la arquitectura legislativa. Por otra parte, propondremos un foro on-line que profundizará en estas cuestiones.

En todo ello queremos incorporar la sensibilidad hacia el protagonismo e impacto diferenciado en hombres y mujeres de normativas y prácticas analizadas.

El objetivo del proyecto es promover el desarrollo de estrategias de incidencia que favorezcan el establecimiento del paradigma de la Soberanía Alimentaria, conjugando tres aspectos: 1) el conocimiento de las normativas, los espacios y flujos de decisión oficiales que afectan a este paradigma, 2) las experiencias exitosas en las que las administraciones han mostrado un apoyo positivo a este paradigma y 3) el debate y el intercambio de los posicionamientos y potenciales de grupos y redes locales que actualmente apoyan la soberanía Alimentaria. Leer más...

martes, 8 de noviembre de 2011

Robin Hood estuvo en Cannes



Se esperaba mucho de esta edición del G20, que asume por primera vez un mandato anual y también una agenda de desarrollo. Nicolás Sarkozy se encargó de “calentar” el escenario cuando a principios de año presentó una agenda más que ambiciosa, que incluía asuntos tan gruesos como la regulación del sistema financiero o la volatilidad de los precios de los alimentos. La crisis y la puntilla del referéndum griego se han encargado de rebajar las expectativas, descafeinando un tanto el resultado de la cumbre. Pero algunas iniciativas positivas han logrado hacerse un hueco entre tantas tensiones divergentes. Entre ellas, la tasa Robin Hood (o Tasa a las Transacciones Financieras, TTF): en un ejercicio de equilibrios diplomáticos, el G20 valora los avances europeos, suma el apoyo de otros países (aunque no obliga a nadie) y reconoce que se asignen los recursos para desarrollo.

Parece poco ambicioso entusiasmarse solo porque se incluye una palabra en el comunicado final. Pero que el término “desarrollo” venga mencionado tras considerar una gravamen al sector financiero y el reconocimiento del G20 al impulso europeo, es un éxito y el resultado de un trabajo intenso de muchas organizaciones y movimientos sociales en más de cuarenta países. Es el modo de evitar que esto se quede simpelmente en nuevo mecanismo para reducir el déficit fiscal de algunos países (especialmente los europeos).
Texto secundario
Esta cumbre ha conseguido además consolidar un bloque más amplio de aliados a favor de la TTF. Junto con Francia, Alemania y España –sus grandes defensores-, ahora contamos con países como Sudáfrica, Argentina, Brasil, Corea del Sur o Etiopía. Muchos de estos países ya están aplicando medidas similares al sector financiero y asignando recursos directamente a programas de sanidad o reducción de la pobreza. Su impulso sirve de ejemplo para seguir avanzando hacia el ideal de una tasa global para resolver necesidades globales.

Lamentablemente, el G20 no ha logrado obtener el respaldo de dos de los grandes detractores de la medida: Estados Unidos y Reino Unido. Y eso a pesar del informe de Bill Gates sobre financiación innovadora, las conclusiones del FMI sobre la viabilidad de la medida, la propuesta de la Comisión Europea o el propio sentido común. El caso británico resulta especialmente incoherente, puesto que la City de Londres ya cuenta con una tasa a la compraventa de acciones sin haber dejado de ser una de las principales plazas financieras del mundo. Solo esto debería ser suficiente para echar por tierra los argumentos sobre el impacto en la liquidez, la volatilidad, el riesgo de deslocalización o cualquier otro tecnicismo. Quizás no sea ya una cuestión de informes sino de verdadera voluntad política frente al lobby del sector financiero.

Ningún impuesto es del todo neutro. Al contrario, la fiscalidad es política pura. Cada decisión tributaria responde a una visión del modelo de sociedad por el que apuesta el gobierno de turno. Promover una tasa que se aplique a transacciones esencialmente especulativas, que no añaden valor real a la economía pero que en cambio aumentan los riesgos y desequilibrios del sistema, es una clara muestra de que se defiende una sociedad un poco más justa, contribuyendo a la redistribución de la riqueza.

México tiene ahora la palabra, al asumir la próxima presidencia del G20. Pero la agenda europea, que sigue su curso, determinará también las claves de cómo se llevará realmente a la práctica. Y otra vez veremos de qué color se visten los líderes europeos. Mientras tanto, el espíritu de Robin Hood y sus proscritos seguirá recorriendo las ciudades de todo el mundo.

Esta entrada ha sido elaborada por Susana Ruiz, responsable en Intermón Oxfam de la campaña por la Tasa Robin Hood. Oxfam ha sido una de las organizaciones más activas en la reciente cumbre del G20 en Cannes.
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lunes, 7 de noviembre de 2011

Diario de viaje de un activista en Niza





Una autocaravana con 4 aragoneses y dos valencianas parte el domingo 31 de octubre de Zaragoza a eso de las 10:00 horas. La idea es llegar a Niza esa noche. Uno de los objetivos: la defensa de la Tasa Robin Hood al unirse a las voces de cientos de miles de personas que en el mundo reclaman este impuesto.

El viaje es cansado, pero lleno de buenos momentos. Entre el grupo Carmen, de 73 años, nos anima en todo momento con la fuerza y vitalidad que despierta en nosotros. Muchas conversaciones cruzadas en la autocaravana hablan de la posibilidad de la Tasa, de la legitimidad del G20, de la situación de crisis en España… Javier, argentino afincado en Zaragoza nos anima entre mate y mate con reflexiones muy acertadas sobre la situación y sobre la visión de un abogado que además de ayudar a muchos inmigrantes en España tiene una visión política muy comprometida.

Llegamos a Niza a las 12 de la noche, buscamos un lugar discreto para aparcar y hacemos la cena, nos reímos un rato y procuramos dormir, para algunos la primera noche en autocaravana, Kike y Capapé ya han vivido la experiencia de viajar así a Copenhague a la cumbre de Cambio Climático hace 3 años.

Por la mañana hemos quedado a las 9 en el albergue en el que están los compañeros de Oxfam Francia que han venido desde París para juntarnos con ellos y ensayar la coreografía de la acción de la manifestación de la tarde.



Bajo un sol abrasador, a ritmo de batucada, y bajo la mirada divertida de muchos espectadores ponemos a prueba la coreografía especial alter G20: el despojo de la banda de Robin , que se quita la ropa para mantener sólo el 0,05% (la ropa interior), todo para decir que el 0,05% no es mucho, pero lo cambia todo!

Ensayamos varias veces y la verdad es que todo va sobre ruedas. Tenemos en el corazón que el mensaje va bien con el público y con los medios de comunicación , por lo que decidimos escribir el mensaje en la pancarta y en la barriga de los que nos quitaremos la ropa.

Compartimos la acción de Oxfam Francia, los de Intermón Oxfam y los de Oxfam México. Algunos hasta nos atrevemos con un baño en el mediterráneo, genial para medir la temperatura de lo que íbamos a vivir por la tarde.



Comemos y a las 14:00 quedamos en el lugar de salida, la plaza en la que se concentrarán todas las organizaciones. Nuestra llegada no pasa desapercibida, la batucada y el ritmo alegre, además de los gorros de Robin Hood… animan a periodistas y público a ver qué es lo que decimos. Los de Zaragoza llevábamos una gran pancarta con el lema de la Alianza Aragonesa contra la Pobreza ‘Derecho a Soñar. G20: que no te cambien tus sueños’ y reconozco que dio mucho de si y que mucha gente la fotografió al ver español por medio de muchos mensajes en francés e inglés, de hecho tuvimos 4 entrevistas para diferentes medios de comunicación durante la marcha.

La manifestación comienza con todo el público de la plaza en cuclillas sosteniendo unos carteles de colores con los lemas de los siete alter G20 para comenzar gritando ‘ El pueblo primero, no las finanzas’.

La marcha se inicia en un ambiente festivo y agradable. La batucada del grupo de Oxfam imprime un ritmo impresionante de marcha y baile durante las 3 horas de la manifestación. Y cuando llega el momento del desnudo… increíble la atención de la gente, la prensa y la propia policía, desplegada de forma masiva durante todo el recorrido de la manifestación.

La manifestación hacía un semicírculo por calles totalmente cerradas para que nadie saliera ni entrara de la manifestación. Llegamos al final de la misma después de 3 horas andando. Impresionante. Genial. Mucha fuerza, mucho compromiso… mucho cansancio acumulado.

Llegamos a la autocaravana una hora después, no damos más de si. Allí Carmen nos había preparado una tortilla de patata que nos resucita un poco a todos. Claire y Lorena de Valencia están muy contentas, tenían muchas ganas de venir.

Buscamos de nuevo un sitio para dormir y… nos acostamos para a la mañana siguiente comenzar el regreso.

El día de vuelta es un día de revisión, de reflexión, de cansancio acumulado, queremos llegar a Barcelona para dejar a Lorena y a Claire en el bus y luego los zaragozanos… llegar a casa a eso de las 4:30 horas del jueves.

Un viaje largo, intenso, comprometido…

Merece la pena ver que somos muchos los que nos movemos por estas cosas y que son muchas voces las que nos acompañan.

Hasta la próxima cumbre!
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¡Vosotros sois 20, nosotros millares!



Un grupo de 3 aragoneses de Intermón Oxfam nos fuimos a Niza la semana pasada para llevar un mensaje al G20. Un mensaje que iría redactado por miles de voces y cientos de lemas que se dieron cita en Niza, lugar donde se celebró la cumbre alternativa al G20, para hacer oir nuestra voz a un grupo que se han postulado como los jefes del planeta tierra.

Vosotros sois 20, nosotros miles, era el grito que más emocionaba en Niza, el grito de una ciudadanía activa, activista, militante, que en algunos casos como el nuestro habíamos recorrido mil kilómetros en una pequeña autocaravana para llegar hasta aquí, y como se suele decir en Aragón 'tocar chufa y marchar'.

Merece la pena sentirse parte de este movimiento global que plantea otras formas de hacer las cosas, otros modos y maneras.

Lamentablemente el G20 estuvo bastante monopolizado por la crisis griega, la amenaza de la convocatoria de un referendum que podría hacer salir a Grecia del la Unión Europea por la negativa del pueblo de aceptar unas medidas desproporcionadas, como siempre suelen ser las medidas impuestas por el FMI y el BM. La verdad es que desde la plaza de Niza desde donde salió la manifestación... no se entendía muy bien por qué no se pueden hacer referendums, por qué no puede el pueblo pronunciarse sobre asuntos que les atañen directamene.

A pesar de todo Intermón Oxfam se muestra satisfecho porque después de un año de campaña se ha conseguido sacar adelante la propuesta de una TAsa a las Transacciones Financieras europea. Queda mucho trabajo por hacer, pero si esta Tasa Robin Hood se destina a acabar con la pobreza, a luchar por la adaptación al cambio climático, a aumentar la protección social... habrá merecido la pena tanta protesta, tantos kilómetros, 500.000 firmas recogidas en toda europa...

Hay que salir a la calle. El movimiento 15M, y muchas otras organizaciones, queremos seguir gritando que somos muchos más. Que ellos serán los 20 más poderosos del planeta pero... nosotros somos miles

José Miguel Capapé
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Crisis permanente de los alimentos




En 2007 y 2008, el mundo asistió a una subida espectacular de los precios de las materias primas alimentarias, con incrementos entre el 50% y el 200%. Fue la crisis alimentaria más grave de las últimas dos décadas. Este incremento supuso un beneficio para los agricultores de los países desarrollados, un negocio para los especuladores y un grave problema para los países pobres ante la imposibilidad de adquirir productos básicos para cubrir sus necesidades.

Hoy, tras dos años de relativa calma, pero donde los precios nunca volvieron a los niveles anteriores, las materias primas alimentarias se han instalado nuevamente en zona de crisis y han superado incluso los niveles de aquellas fechas en las producciones más importantes, como carnes, cereales, lácteos, aceites y grasas y azúcar. Desde la propia Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se advierte una clara inseguridad alimentaria para los próximos años y que los precios van a seguir subiendo. Eso conlleva un claro riesgo para que millones de personas aumenten la nómina de los ya más de 1.000 millones de habitantes del planeta que pasan hambre. La amenaza de que en el plazo de tres décadas no haya producción suficiente en el mundo para alimentar a su población es creciente.

La primera gran crisis de los precios de las materias primas en 2007 y 2008 -al margen de la gran volatilidad en los mercados provocada por los cambios en las políticas reguladoras- tuvo su causa principal en el desajuste entre una oferta estabilizada y una demanda al alza por el aumento del número de nuevos habitantes con acceso a productos alimentarios en países como Brasil, China o India. En algunos casos, como la Unión Europea, los elevados excedentes de los años ochenta y noventa dieron paso a recortes en las producciones por los cambios en la regulación de los mercados.

Esta mayor demanda de productos agrarios coincidió con dos malas campañas agrícolas por las malas condiciones climatológicas, lo que había mermado la oferta y dejado los stocks bajo mínimos. Al margen de los riesgos normales por las condiciones atmosféricas, el cambio climático constituye ya hoy, como hace tres años, un nuevo riesgo para el desarrollo de las producciones agrícolas.

La crisis alimentaria también respondió al uso extendido de cereales y de grasas para la obtención de bioetanol y biodiésel, sobre todo en Estados Unidos. Otra causa de que se agravara la crisis fue la decisión de algunos Gobiernos de cerrar fronteras al comercio para la exportación, lo que originó más especulación, el desabastecimiento y la subida de los precios con mayores pérdidas y dificultad de acceso a las mismas en los países más pobres, así como un mayor coste para los desarrollados. Finalmente, otra de las causas más importantes de la crisis fue la entrada de los fondos de inversión en los mercados de estas materias primas, donde se estimaba que más del 30% del precio alcanzado por las mismas correspondía a inversiones puramente financieras.

Frente a los movimientos especulativos, los países del G-20, bajo el mandato del Gobierno francés, propusieron hace unos meses un plan para erradicar las tensiones en el mercado mundial de los productos alimentarios. Esta estrategia contempla tanto un aumento en los niveles de producción, con más inversiones en investigación, como la mejora de los servicios de información y control de los mercados de futuros para evitar situaciones de especulación artificial. No sale adelante la propuesta para la constitución de un stock mundial para momentos de tensión. La llegada de esta segunda crisis no ha dado tiempo al desarrollo de estas iniciativas.

Tras los graves problemas de precios en 2007 y 2008, el escenario en los dos ejercicios siguientes ha sido un incremento de las producciones en los países desarrollados y con capacidad de invertir para sacar partido a las elevadas cotizaciones. En paralelo, cayó la demanda en países pobres por la dificultad para comprar. Ello se reflejó en un recorte de precios, pero nunca hasta los niveles anteriores a 2007.

En los últimos 12 meses se han repetido las causas que provocaron la crisis hace cuatro años, fundamentalmente por el aumento de la demanda en países emergentes o en vías de desarrollo, por el incremento de la población y la caída de los stocks. Tanto para la FAO como para otras organizaciones e instituciones, el problema ya no es que se haya producido esta nueva crisis, sino el convencimiento de que ha llegado para quedarse y que los problemas alimentarios en el mundo se van a agravar en las próximas décadas, especialmente por el aumento de la población y las dificultades para aumentar las producciones.

Frente a los 4.000 millones de habitantes de 1975 se ha pasado a 7.000 milones en 2011 y la previsión de 8.500 en 2025. Para Oxfam, la demanda alimentaria para 2050 crecerá en un 70%. Desde Cáritas se abunda en la necesidad de apoyar las inversiones en países pobres para aumentar su capacidad de producir. Y desde la propia FAO se ponen interrogantes a la existencia de alimentos suficientes en 2050 para la población mundial si no hay cambios en las políticas de producción.

Uno de los problemas a superar, al margen de los riesgos que supone el cambio climático, es la dificultad para aumentar las superficies de cultivo en el mundo. En 1960 eran 4,3 hectáreas por habitante; hoy son 2,1 hectáreas, y en 2050 serán solo 1,5 hectáreas. En consecuencia, es indispensable aumentar la productividad. Ese incremento no podrá ser ya muy elevado en países desarrollados, solo el 1% anual. Por el contrario, puede ser alto en países en vías de desarrollo, más de un 10%, pero siempre que tengan las inversiones suficientes para mejorar todas sus estructuras.

En este escenario, el panorama que se vislumbra desde la propia FAO es que entre 2015 y 2020 los precios del arroz se incrementen en un 40%, en un 27% los del trigo, un 48% los del maíz y el 36% los de las semillas oleaginosas frente a las cotizaciones registradas entre 1998 y 2003. Sin duda, la alimentación será más cara.

Publicado en El País
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sábado, 29 de octubre de 2011

El niñx 7.000 millones




En estos días la tierra ha llegado a los 7.000 millones de habitantes. No es noticia si ha sido niña o niño, lo que sí es noticia es que con toda seguridad este habitante viene a engrosar el número de pobres del planeta. Viene a abrir más si cabe la brecha que separa a los ricos de los pobres, al norte del Sur.
En los últimos 50 años hemos pasado de 3.000 millones a 7.000 millones, hemos doblado con creces la población del planeta. Y de estos 7.000 millones 4.000 están en los países más pobres.
Y ya hemos comenzado el viaje imparable hacia los 9.000 millones que según los expertos podríamos alcanzar dentro de escasos 30 años.
África, Asia y también América Latina todavía tienen tasas de natalidad muy altas, aunque si urgamos un poco en las estadísticas nos damos cuenta de que en toda la historia (salvo excepciones como China) las tasas de natalidad sólo han disminuido conforme ha aumentado la esperanza y la calidad de vida de sus habitantes. Un pequeño agricultor africano quiere que a sus 40 años, cerca ya del final de su vida, pueda tener hijos e hijas que cuiden de él y como en su aldea mueren 4 de cada 10 niños nacidos... es comprensible que se aventure a tener familia numerosa, familia que dispara las estadísticas y las alarmas poblacionales a miles de kilómetros de distancia de su aldea.
La única solución para parar este crecimiento poblacional que nos llevará al caos global, es mejorar la vida de los más pobres, hacer que sus aspiraciones vayan más allá de su día a día, conseguir aumentar su esperanza de vida gracias a las mejoras en la sanidad, su calidad de vida, gracias a las mejoras en la educación.
No hay otra salida.
(Bucear en las interesantísimas estadísticas de Ted Roslings, merece la pena)
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miércoles, 26 de octubre de 2011

Economía sin vergüenza



Esta mañana he llegado a trabajar escuchando a la ministra Elena Salgado. Ha sido todo un ejercicio de contención para no ponerme a gritar en medio del vagón del tranvía por la indignación de los acuerdos alcanzados esta misma noche en Bruselas.
La mitad de la deuda griega se perdona directamente. Ahora sí. Qué lamentable haber estado pidiendo la condonación de países todavía hoy asfixiados por una deuda externa y cuyo argumento para eliminar una deuda mil veces pagada (que no es el caso de Grecia) tuvo que ser, por ejemplo, un terremoto devastador en una isla caribeña.
Y desde Bruselas, recién levantados de una noche de trabajo enmedio de la cual se han felicitado unos a otros, por ejemplo, por el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, se dice que los bancos hacen esto... voluntariamente, y poco menos que gratuitamente.
¿Alguien puede creerse que un banco para 'perdonar' una deuda sólo exija garantías de que la otra mitad se le pagará? Porque si esto es así, tan gratuito, tan altruista... ¿por qué no se hace con las hipotecas, o con los préstamos personales de familias que hace unos meses tienen a todos sus miembros en paro...? Ahora hasta firmaría el manifiesto de una gran marca de muebles que ha convertido nuestras casas en repúblicas independientes, en pequeños países.
Yo no me creo que esto sea tan gratuito. No me creo que ahora los bancos sean grandes organizaciones humanitarias, si incluso las obras sociales de las cajas de ahorro españolas pueden estar en peligro al haberse convertido en bancos privados!
Dentro de cuatro días viajo con un grupo de amigos a Niza, a la cumbre alternativa del G20, y la verdad, me gustaría saber si en estos momentos Elena Salgado sigue apoyando la tasa a las transacciones financieras. Me pregunto si en las negociaciones de esta noche no se habrán firmado acuerdos secretos de tranquilidad para los grandes bancos.
La economía no tiene pudor, no tiene vergüenza, y si en estos momentos la UE está negociando hasta altas horas de la madrugada, no creamos que es para salvar a los ciudadanos griegos, porque tras esta estampa está el verdadero salvamento de una economía que mantiene grandes sueldos a altos directivos, dietas innegociables, sueldos vitalicios, privatizaciones secretas y altos cargos en grandes empresas para quienes un día jugaron a ser todopoderosos.

José Miguel Capapé Texto secundario Leer más...

martes, 18 de octubre de 2011

Lo que engorda, mata.



Busquemos de nuevo las causas del hambre en el planeta Tierra. La crisis en el Cuerno de África nos obliga a ello y, ciertamente, tenemos acceso a informaciones claras y concluyentes que relacionan esta nueva hambruna a realidades no climatológicas, porque hasta la sequía imprevista responde a un cambio climático producido por una civilización industrial lejana y ajena a las personas allí sobreviviendo. La especulación alimentaria, la marginación de la agricultura campesina y autóctona de la zona, el acaparamiento de las mejores tierras por capitales extranjeros, la imposición de cultivos para la exportación, etc. son –repetidas- las peores catástrofes inventadas por la codicia del ser humano.

Y ahora que las tenemos ubicadas, ¿cómo las enfrentamos? Evidente, en primer lugar y con toda la energía posible, el análisis llama a una acción política -la soberanía alimentaria- para contrarrestar y evitar más hambres, más pobreza a cambio de tantas riquezas y de tantos empachos. En segundo lugar, y se insiste mucho en este tema, con nuestro consumo individual con el que también podemos ‘ejercer’ solidaridad. Efectivamente, tenemos fórmulas e iniciativas a mano para un consumo responsable: recuperar los mercados campesinos, las cooperativas de consumo, la alimentación de temporada y ecológica, etc. Y una, muy poco expuesta, difundida y defendida (quizás por ser de cajón, quizás porque está devaluada en nuestro pensamiento, quizás por recordar tiempos de penurias aún recientes, quizás por estar envuelta muchas veces con tintes religiosos) que, pienso, hay que recuperar: ‘la frugalidad’.

Las últimas décadas de nuestra civilización se ha rendido a los buffets para atiborrarse a precio fijo; a las comilonas en días festivos y el empacho posterior; a las bacanales de calorías en cruceros, bodas y comuniones; a las palomitas y refrescos de tamaños XXL; al compre dos y llévese tres; y en definitiva, al culto desmedido a comer sin medida.

Pensemos, no sólo en una cuestión de nuestra salud (la obesidad es un grave problema en nuestras generaciones) sino también en lo que representa. Porque en un planeta finito donde los recursos para producir alimentos son limitados (tierra fértil, agua de riego, energía, etc.) los abusos y excesos para unos estómagos son finalmente alimentos que otras personas no podrán llevarse a la boca.

Sí, ciertamente, parece como cuando de pequeño no quería comer alguno de los platos de mi abuela y ella me decía, -cómetelo por los niños pobres de África, y yo no me imaginaba mi potaje de garbanzos viajando a Etiopia. Pues la abuela tenía razón. Y mucha, porque compartimos un planeta con un único metabolismo global. No es que el potaje viaje de Norte a Sur, es que la ración de merluza exagerada que nos preparamos puede provenir perfectamente de Namibia, donde se pasa hambre. Y si nos sirven un bistec enorme que es imposible de atacar, esa ternera ha estado alimentada con soja sudamericana en tierras que ya no producen comida para las gentes locales. Y así con mucha y mucha comida que acabamos desperdiciando. Exactamente, según estudios encargados por la FAO, cerca de un tercio de los alimentos que se producen cada año en el mundo para el consumo humano se pierden o desperdician. Se desperdician porque ‘no puedo más’; porque se compra para muchos días y se echa a perder; o por las normativas de caducidad. Se pierden muchos alimentos antes de ser comidos porque no dan la talla o el color exigidos por los supermercados o porque la cadena entre productor y el consumidor es tan larga que mucha comida perece en el intento.

Así pues, añadamos a nuestro catálogo de consumidores y consumidoras responsables la frugalidad, el comer lo justo y suficiente. Expulsar la cultura del despilfarro comestible. Porque, mientras no desmembremos este sistema alimentario totalitario, lo que engorda, mata.

Publicado en El correo vasco el 9 de octubre de 2011 por Gustavo Duch
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viernes, 14 de octubre de 2011

Nuevos tiempos, nuevos mercados



Hoy se inauguran los nuevos mercados financieros, nuevos tiempos, nuevos mercados...

Asistimos a la presentación oficial conel Sr. Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Gobernador del Banco de España), el Sr. Hood y la Ministra Elena Salgado (que por si no lo sabían apoya la tasa a las transacciones financieras)


Miguel Ángel Fernández Ordóñez:

Bienvenidos a todos y todas a este breve acto de inauguración de los Mercados por el Desarrollo. Una inauguración muy muy especial porque supone la puesta en marcha de un nuevo modelo de funcionamiento de los mercados que no se había visto hasta ahora, con la aplicación de la Tasa Robin Hood, lo cual a su vez va a suponer el cambio en la vida de miles de millones de personas. Tenemos el gusto de contar hoy con la presencia de dos ilustres personas para llevar a cabo el corte simbólico de esta cinta, y que han tenido mucho que ver en que hoy podamos llegar a este punto. Por una parte el conocidísimo Robin Hood que da nombre a la tasa, y por la otra la Ministra de Economía y Hacienda española, Doña Elena Salgado. Tiene la palabra el Sr. Hood

Robin Hood:

Quiero agradecer en primer lugar al representante de los mercados por cómo han aceptado su adhesión a la tasa que lleva mi nombre y que servirá para poder reducir las diferencias sociales, para combatir la pobreza y los efectos del cambio climático. ¿Sabíais que en ocho días, se recaudaría dinero suficiente para garantizar educación primaria universal para los 72 millones de niños que hoy en día no están escolarizados? , ¿ En tres meses y medio, se cubriría el coste necesario para cubrir la adaptación y mitigación del cambio climático en los países en desarrollo? ¡Increíble! ¿no?. Estamos muy contentos y satisfechos que finalmente la tasa haya sido ratificada y en eso tiene mucho que ver la persona que tengo a mi lado la Ministra Elena Salgado a la que cedo la palabra

Elena Salgado:

Estimado representante de los mercados. Estimado señor Hood. Es para mí un placer el poder asistir hoy a la inauguración de estos Mercados por el Desarrollo. Estoy segura que gracias a la Tasa Robin Hood los mercados se van a convertir en una grandísima ayuda en la lucha contra las desigualdades. Me gustaría recordar en estos momento cuando la Alianza de la Tasa llamo a mi puerta con el lema #elenaapoyalatasa. Gracias a sus explicaciones y su insistencia, pude comprender la importancia de destinar el dinero de la tasa al combate a la pobreza, a los efectos del cambio climático y a reducir las diferencias sociales. Comprendí rápidamente que éste y no otro era el lugar al que debían dirigirse los fondos. Por ello estoy orgullosa de poder participar hoy en esta apertura de los nuevos mercados

Miguel Ángel Fernández Ordóñez:

Muchas gracias Sr. Hood, muchas gracias Ministra. Dicho esto sin más pasamos a cortar la cinta con la esperanza que este día sea sólo el comienzo de un fructífero periodo de colaboración de los Mercados en la lucha contra las desigualdades que se producen en el mundo que los rodea. Tras el corte de la cinta nos haremos una foto de familia para los medios. Muchas gracias a todos los asistentes

De nosotros depende que un día... esto pueda ser realidad. Leer más...

jueves, 13 de octubre de 2011

Apúntate a la manifestación mundial

En Zaragoza las organizaciones de la Alianza Aragonesa Contra la Pobreza quedaremos en la tienda de Intermón Oxfam (León XIII 24) para recoger la pancarta de Pobreza Cero y sumarnos a la manifestación.

Os esperamos a todos
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martes, 11 de octubre de 2011

Despilfarro

“Se desperdicia más comida en el mundo de la que podrían consumir todas las personas hambrientas” (Tristram Stuart) Esta entrevista con el autor del libro 'Despilfarro' de Alianza Editorial, nos pone los pelos de punta al hacernos conscientes de un tema tan alarmante: la cantidad de alimentos que se producen, directamente para ir a la basura.  

¿Desperdiciar comida aún comestible es algo cultural, típico de los países ricos o bien es una práctica que se encuentra por todo el mundo? 
 Cuando estaba investigando para el libro pasé una temporada con la etnia uigur en el Noroeste de China. Un día estaba comiendo en un restaurante de carretera. El chef se había sentado conmigo para hablar un poco. Cuando retiré el bol de arroz que ya había acabado, frunció el entrecejo, me señaló los tres granos que quedaban en el fondo del recipiente y me ordenó: “¡Limpia!” Sonrió mientras con cuidado limpié a fondo el bol. Los uigures creen que despilfarrar comida es un insulto al cocinero, al agricultor y en última instancia un insulto a Alá. En esta ocasión recibí una lección en mi propio terreno. Me hizo darme cuenta de que nosotros –las personas- tenemos el poder para producir los cambios necesarios si convertimos el desperdicio de comida en algo socialmente inaceptable.  

¿Qué recomendaría a un ciudadano para evitar tanto desperdicio de alimentos en casa?
Todo empieza al ir a la compra. Haz una lista de lo que necesitas, y utiliza la lista como un escudo que te proteja de las técnicas de márketing que utilizan los comercios de alimentación, que quieren que compres más de lo que necesitas. ¡Come lo que compras y compra lo que necesitas!  

¿Deberíamos enviar los restos de comida al extranjero? ¿Es esto la solución?
¡No! Se trataría por supuesto de una idea absurda. La solución es no producir más de lo necesario y no despilfarrar. Sin embargo, está claro que despilfarrar comida es el equivalente de sacar comida de las bocas de los pobres a escala global. Cuando compramos comida, por ejemplo, pan, estamos interactuando en el mercado global del trigo. Las recientes subidas de precio de algunas materias primas como el trigo han sido provocadas en gran medida porque la demanda supera la oferta. Estas subidas de precio condenan a millones de personas al hambre. Si nosotros, en los países ricos, despilfarráramos menos pan y por lo tanto, compráramos menos trigo en el mercado mundial, quedaría más cantidad disponible para las personas en África y Asia, que pasan hambre, y que compran el trigo en el mismo mercado mundial.  

¿Deberían los supermercados donar sus productos antes de que caduquen? ¿Cómo es la situación en España y Europa? 
Sí, si un supermercado u otro comercio de alimentación acaba teniendo excedentes de productos que van a caducar, deberían donarlos para que la gente pueda consumirlos, antes que despilfarrarlos. Esta práctica está mucho más extendida en los EEUU que en España y en el resto de Europa. Y es hora ya de que nosotros –los consumidores- exijamos a los comercios de alimentación que donen sus excedentes en vez de tirarlos a la basura.  

¿Por qué los países ricos no invierten más en la agricultura de los países pobres? 
Estoy ahora mismo en la India investigando precisamente este asunto. Veo a mi alrededor montañas de frutas y de verduras que se están pudriendo simplemente porque faltan infraestructuras agrícolas. Es un asunto del que hablo en mi libro. Me complace ver que después de muchos años de ignorar el asunto los países donantes y las ONG están dándose cuenta de que se puede aumentar la disponibilidad de alimentos en estos países invirtiendo cantidades de dinero relativamente pequeñas para crear infraestructuras, y así asegurarse de que la comida llegue en condiciones a los consumidores y no se pudra.  

Oxfam lanzó un informe este año donde denunciaba que 2 millones de personas pasan hambre en España hoy en día como consecuencia de la crisis económica. ¿Cree que con lo que se despilfarra de comida en España podrían alimentarse a esas personas? 
En este momento se despilfarra más comida de la que podría ser consumida por todas las personas hambrientas. Deberíamos conseguir que los excedentes de comida fresca y comestible llegaran a las personas hambrientas, y a la vez eliminar los excedentes innecesarios que estamos creando. Cuando di de comer a 5.000 personas en Londres en el evento “Feeding 5.000” con comida que de no haberse utilizado así habría acabado en el cubo de la basura, calculé que si hubiera sido capaz de recoger toda la comida despilfarrada en Gran Bretaña ese día, habría tenido suficiente para ofrecer una comida a 60 millones de personas, es decir, a todo el país, y ¡aún me habrían quedado algunas sobras para la cena!  

¿Cómo puede ser que no exista una ley que obligue a los productores de alimentos y a los supermercados a hacer público cuánta comida despilfarran, cuando tanta gente dentro y fuera del país pasa hambre? 
Lo primero que deberían hacer las grandes compañías alimentarias es ser transparentes y hacer público qué cantidad de comida desperdician. Así se crearía una competencia entre ellas para aparecer a ojos del público como “la que menos desperdicia”. Hemos introducido con mucho éxito esta medida en Noruega y es hora ya de que el resto de Europa siga la estela.
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Frente al G20, todos a Niza!

La cumbre del G20 en Cannes marca el final, y puede que el éxito, de la campaña por la Tasa Robin Hood. Una campaña orquestada por Oxfam y apoyada por amplios sectores de la sociedad que quieren que se aplique esta tasa al sector financiero, quizá el máximo responsable de esta crisis internacional que sobre todo se está viviendo en los países del Sur.

Creemos que estamos en el momento de que esta tasa salga a la luz, que un grupo de países europeos acaben liderando su puesta en marcha. La Unión Europea en las últimas semanas ha pasado de los discursos a los textos concretos, es algo que ha aclarado el futuro de la FTT.

Pero todos los que hemos apoyado la aplicación de la Tasa Robin Hood queremos que este impuesto esté debidamente asignado a la lucha contra la pobreza, el desarrollo y la adaptación al cambio climático. Este es nuestro verdadero objetivo. De lo contrario estaríamos pasando del éxito al fracaso habiendo colaborado a la implantación de una tasa que podría quedarse en los bolsillos de los mismos que la están pagando.

Con ocasión de la cumbre del G20 en Cannes los días 2 al 4 de noviembre se está preparando una cumbre alternativa en Niza del 1 al 4 de noviembre. El día 1 todos los ciudadanos están llamados a una manifestación en Niza para mostrar el descontento ante las políticas fiscales mundiales, el lema elegido por todas las organizaciones que están detrás de las movilizaciones: 'Los pueblos primero, no las finanzas!'.

Movilizarse para exigir justicia es un derecho hasta podría decirse una obligación, para mostrar el descontento, la indignación, para mostrar que los políticos no están solos en la toma de decisiones. La Tasa Robin Hood es posible, hemos pasado de el escepticismo a poner la Tasa en boca de todos en todos los medios de comunicación como una posibilidad recaudatoria importante pero... ¿para qué? 

Hasta el final hemos de seguir gritando que queremos que sirva para acabar con la pobreza, que queremos que sirva para apoyar a los millones de personas para quienes la subida de los precios de los alimentos, el cambio climático, la crisis, no significan cambiar el lugar de vacaciones, poderse bañar en la playa fuera de temporada o plantearse si pueden seguir pagando la hipoteca, sino que significan no poder comer hoy, ver cómo se secan todas sus cosechas y tener que huir de sus tierras vendidas al mejor postor. 

Únete a la movilización mundial, ve a Niza y exige justicia!
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jueves, 6 de octubre de 2011

El mapa de la crisis alimentaria mundial

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Oxfam nos presenta en este mapa una visión de los efectos de la crisis alimentaria mundial en las comunidades más pobres del planeta, las que más se ven perjudicadas por los altos precios de los alimentos y su volatilidad.

Este mapa manifiesta que la tensión en el planeta tiene mucho que ver con los precios de los alimentos.
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lunes, 26 de septiembre de 2011

Taller Acercándonos al Sur

El TALLER ACERCANDONOS al SUR es una oportunidad para formarte en cooperación al desarrollo, para poder colaborar en una ONG en tercer y cuarto mundo y para conocer mejor la realidad de las personas del Sur. Esta dirigido a todo tipo de personas, tengan o no contacto con la cooperación al desarrollo. Es ideal como taller de iniciación, para tener una visión general de cómo funciona la cooperación al desarrollo en Aragón y en España.

Lo organizan Acción solidaria aragonesa, Médicos sin fronteras, Intermon Oxfam, Entreculturas y el Centro Pignatelli. Pretendemos que las personas que queráis asistir podáis conocer mejor la realidad del Sur y, si queréis, integraros después en nuestros programas de voluntariado y trabajar activamente junto a nosotros en la lucha por la justicia y la erradicación de la pobreza.

Comienza el 12 de noviembre y se celebra durante 5 sesiones en Zaragoza, en el centro Pignatelli, Pº Constitución nº6 en sábados alternos, de 10 a 2, aquí tienes el programa  

INFORMACION: 976 217 217 por las tardes (Ana Fernández)  

INSCRIPCION: Antes del 8 de Noviembre de 2011 en la secretaría del Centro por las tardes (Pº Constitución nº6), por fax (976 230113), por internet, o mandando un mail a: secretaria@centro-pignatelli.org Coste de la inscripción: 30€
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jueves, 22 de septiembre de 2011

¡Aún estamos a tiempo!

Aún estamos a tiempo de que la TASA ROBIN HOOD sea una realidad.

Si no quieres que la crisis la paguen los de siempre, ayúdanos a difundir esta idea antes de la celebración del G- 20 en Cannes los próximos 2 y 3 de noviembre.
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Protagoniza la nueva película sobre la Tasa Robin Hood

Si te ha gustado la idea de que a través de la TASA ROBIN HOOD se pueda reducir la pobreza que hay en el mundo. Si te gusta la idea de que los ricos, los que también están sacando tajada de esta crisis, los especuladores, aporten una pequeña parte de sus beneficios a esta causa.

Ahora tienes la oportunidad de que tú y tus amigos os convirtáis en los protagonistas del próximo vídeo de nuestra campaña. Sólo tienes que dedicar dos minutos para difundirlo.

La Tasa Robin Hood es una buena idea que pronto podría ser realidad.
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martes, 20 de septiembre de 2011

Derecho a soñar


Tenemos derecho a soñar… soñar con una realidad más justa, sin desigualdades y sin pobreza… porque el mundo que tenemos ahora no nos gusta. Queremos y podemos transformar las cosas, creemos que es necesario y que todas y todos aportamos un poco a ese cambio. Soñar no cuesta nada, sólo un poco de creatividad e ilusión.

Te invitamos a soñar con nosotros y a diseñar esa nueva realidad… soñar en pequeñas cosas, acciones nuestras y objetivos.

Todas y todos, como sociedad civil, a través de medios audiovisuales, testimonios escritos, etc., podemos describir ese mundo con el que soñamos y contar cómo, a través de la participación, somos agentes activos del cambio y capaces de convertirnos en una masa crítica que defina los temas que están en las agendas política, económica y social.

Ejerciendo una ciudadanía activa y exigiendo a la clase política cambios, se tendrá una repercusión positiva y su respectivo reflejo en otras partes del mundo. Idea central: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” (Proverbio Africano) – Nosotras y nosotros podemos cambiar el mundo.

Tal y como dijo Galeano “… actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.”

Cuéntanos tu sueño para cambiar el mundo, ¿te atreves?  
Envíanos tu vídeo a pobrezacero@pobrezacero.org
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viernes, 16 de septiembre de 2011

Avala a un partido minoritario para el 20N

Para las próximas elecciones generales del 20 de noviembre, los partidos mayoritarios (PP, PSOE, CiU y PNV) han decidido que la democracia no es para todo el mundo, que los partidos minoritarios han crecido demasiado (más del 5% en su conjunto) y que no tienes derecho a votar a quién quieras. Para ello, se han sacado de la manga una nueva barrera electoral con la intención de frenar tanto a los partidos minoritarios, como a los movimientos surgidos de la sociedad civil, cada vez más indignada con los abusos de poder y la connivencia de la clase política con los lobbies que estan recortando y pisando los derechos que tanto ha costado conseguir. “Los partidos, federaciones o coaliciones que no hubieran obtenido representación en ninguna de las Cámaras en la anterior convocatoria [...] necesitarán la firma, al menos, del 0,1 % de los electores inscritos en el censo electoral de la circunscripción por la que pretendan su elección. Ningún elector podrá prestar su firma a más de una candidatura.” (art. 169.3 LOREG) Esta reforma de la normativa electoral supone que las candidaturas sin representación actual en el parlamento estatal, deberán aportar el 0,1% del censo en forma de avaladores para poderse presentar a las elecciones generales. Es decir, que más del 90% de los partidos que se presentaron en las anteriores elecciones generales de 2008 necesitarán gastar muchos recursos, y probablemente dinero, a fin de cumplir las nuevas condiciones. "Yo Avalo", es una iniciativa que quiere posibilitar que la ciudadanía avalemos a los partidos políticos minoritarios para que después puedan contactar con cada persona individual para recoger su firma cuando se inicie el plazo para ello que marcará la Junta Electoral Central. Avalar una candidatura no te compromete a nada. Ni te obliga a votar al partido avalado, ni a afiliarte, ni a nada en concreto. Aunque quieras votar a un partido que no requiera aval, puedes ayudar a que otras opciones se puedan presentar, por decencia, por democracia, por justicia. Leer más...

jueves, 15 de septiembre de 2011

El escándalo del acaparamiento de tierras

Imagina que un día te despiertas y te dicen que te van a echar de tu casa y que ya no tienes derecho a quedarte en la tierra en la que has vivido durante años. Y además, si te niegas a irte, vendrán unos matones a sueldo para echarte a la fuerza.

Afortunadamente, la mayoría de nosotros nunca pasaremos por una situación tan espantosa. Sin embargo, para muchas de las comunidades de los países en vías de desarrollo es un escándalo que cada vez es más frecuente. Es lo que se conoce como acaparamiento de tierras, un acuerdo tomado a puertas cerradas que generalmente tiene como consecuencia que los agricultores se vean obligados a abandonar sus casas y a condenar a sus familias a pasar hambre.

Desde la subida generalizada del precio de los alimentos en 2008, el acaparamiento de tierras se han convertido en un fenómeno cada vez más frecuente. La demanda de tierras se ha disparado como resultado de la procura de lugares donde cultivar alimentos para la exportación, producir biocombustibles o simplemente especular con el valor de las mismas por parte de los inversores. Pero en muchos casos, esas tierras obtenidas como terrenos "sin uso", "en mal estado" o "sin explotar" son las que trabajan las familias pobres para cultivar sus alimentos. Entre 2008 y 2009, el Banco Mundial catalogó 450.660 km2 de tierras adquiridas en países pobres, un área del tamaño de Suecia.

En un gran número de ocasiones se echan a familias por la fuerza de sus tierras y se incumplen las promesas de compensarlas económicamente o el trato ofrecido resulta injusto. Incluso después de firmado el contrato, no existe garantía alguna de que el acuerdo sobre las tierras siga adelante según lo estipulado. Un estudio llevado a cabo por el Banco Mundial reveló que en zonas de África oriental, solo 16 de 46 proyectos se estaban desarrollando según lo previsto (los demás, quedaron en el tintero o bien se realizaron a expensas de los pequeños agricultores). En Mozambique, tan solo la mitad de los proyectos funcionaban según lo planeado.

No resulta estrictamente un problema el hecho de que las empresas inviertan en tierras de países pobres con un fin comercial. Pero cuando esto conlleva que se echen a las familias de las tierras de las que dependen para su sustento sin ni siquiera consultárselo o sin darles a cambio una compensación adecuada, un hecho que cuando deriva en la reducción de la producción de alimentos se convierte en un gran problema.


Acaparamiento de tierras, un escándalo creciente | Blogs de Oxfam Internacional
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miércoles, 14 de septiembre de 2011

viernes, 9 de septiembre de 2011

Hambre de tierras


Es el negocio del siglo. En numerosos países del sur el nuevo oro, al alcance de cualquier especulador sin escrúpulos, se llama TIERRA. La compra de tierra es el nuevo negocio del siglo.

Tierra para cultivar, tierra para dar trabajo, tierra para dar de comer... dicen, pero en verdad es tierra comprada a precios de risa que deja a los agricultores de esos países lejos de poder ser dueños de su futuro para hipotecarlo a grandes empresas, transnacionales, grupos que cotizan en esa bolsa que sube y baja.

La crisis alimentaria tiene mucho que ver con el acaparamiento de tierras a nivel mundial como muestra esta web.

Oxfam acaba de lanzar un vídeo dentro de la campaña CRECE en el que se parodia la obra Glengarry Glen Rose, donde un tiburón empresarial arenga a sus trabajadores a dejar de lado la moralidad para comprar tierras bajo las directrices del mismísimo Banco Mundial.

Posiblemente no sea el tono que se emplea en los despachos que ofrecen fondos de inversión que se dedican a ello. Pero el significado de las palabras asusta.

Oxfam ha estado investigando el hecho de que miles de personas ya se hayan visto sumidas en la pobreza debido a verse expropiadas de sus tierras. En las próximas dos semanas, daremos a conocer los resultados de este estudio y descubrirás qué puedes hacer para poner fin a esta forma de injusticia.

Mientras tanto, mira nuestro vídeo, una parodia basada en el filme de 1992 "Glengarry Glen Ross. Éxito a cualquier precio" en el que unos agentes inmobiliarios están dispuestos a hacer lo que sea por alcanzar el éxito. Compártelo y ayúdanos a dar a conocer cómo las apropiaciones de tierras están cambiando la vida de las personas.
Y es real.
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martes, 6 de septiembre de 2011

Alimentos a la basura

'La comida es vida. Pero tiramos más de la mitad a la basura. En su mayor parte, antes de que llegue a nuestra mesa ¿Quién es el responsable y quién paga por ello?'.
Alimentos a la basura. Así comienza el reportaje Taste the Waste (Saborea el Desperdicio, en inglés: http://tastethewaste.com/info/film), un documental del ecologista alemán Valentin Thurn, quien ha investigado la magnitud de este despilfarro mundial donde los principales protagonistas son las regiones más desarrolladas del planeta, Europa y Estados Unidos.
Después de hablar con administradores de supermercados, panaderos, inspectores de mercados mayoristas, agricultores, ministros y políticos de la UE, Thurn ha descubierto un sistema mundial de escandaloso derroche de alimentos, en el que todos participan.
Más de las dos terceras partes de este despilfarro, un 70 % del total (más de 500.000 camiones al año) lo protagonizan los productores de alimentos y los supermercados, ambos por tiranía del mercado y antes de que los productos lleguen a la mesa familiar.
Sólo en Alemania, más de 20 toneladas de alimentos perfectamente comestibles se tiran cada año al contenedor. En Gran Bretaña van a la basura 484 millones de yogures sin abrir; 1,6 billones de manzanas sin tocar (27 por persona) y 2,6 billones de rebanadas de pan. Y la cifra va en aumento…
Se pretende que los alimentos estén disponibles las 24 horas del día. Los supermercados tienen constantemente toda la gama de productos en oferta; el pan en las estanterías debe estar fresco hasta altas horas de la noche y las fresas en stock durante todo el año. Y además, con buen aspecto: una hoja de lechuga marchita, una patata agrietada o una mancha en una piña hace que esos alimentos sean retirados inmediatamente.
También hay que tener variedad de productos en casa y en abundancia, por si acaso se nos ocurre comer algo diferente a último momento, por capricho, aunque luego lo tiremos a la basura sin haberlo consumido.
Los alimentos deben ser bonitos y de apariencia impecable: patatas de igual tamaño, tomates muy rojos, manzanas brillantes… Hacemos la compra sólo una vez a la semana para regresar a casa cargados de alimentos variadísimos que quizás no llegaremos a probar.
Este consumo desenfrenado hace que el mercado facture sumas prodigiosas, por lo que sigue tentándonos con patatas cada vez más perfectas, tomates más rojos y manzanas más brillantes. Cuanto más se tira, más se consume y más suben los precios.
Los supermercados retiran los productos que van a caducar antes de los seis días de su vencimiento, porque los clientes ya no los querrán y temen decepcionarlos y que dejen de comprar.
Y, por esa misma razón, los productores tiran el 50 % de lo que producen a la basura o lo dejan pudrir en los campos, porque los intermediarios no les compran ni las patatas demasiado pequeñas ni las demasiado grandes ni las que tengan marcas, ni los pepinos torcidos (porque no caben en las cajas), ni los tomates que no estén suficientemente rojos, etc, etc…
Sólo de pan se tiran 3 millones de toneladas al año en la UE, ya que se hornea un 20 % más de lo necesario a fin de que el cliente no vea los anaqueles vacíos o para no decepcionar al distraído que viene a comprar en el último momento. La sociedad de consumo fomenta el hábito hedonista y caprichoso de comprar cada vez más, para tirarlo a la basura y volver a comprar.
Los agricultores, que saben lo que cuesta producir estos alimentos, detestan ese despilfarro. En el filme uno de ellos dice: “Todo lo que comemos está vivo, hasta una lechuga. La vida viene de la vida. Tirar alimentos es tirar vida, la vida de otros”.
Felicitas Schneider, del Instituto de Gestión de Residuos de Viena (Austria), una de las primeras en interesarse por este dispendio, afirma: “La gente no es consciente del dinero que desperdicia. En los hogares particulares se tiran unos 100 kg de comida comestible al año, que les supone unos 400 € y que representa un 30 % del despilfarro global”. Sin embargo, cada segundo que pasa muere de hambre un niño en el mundo.
Se calcula que con los alimentos que se tiran en las sociedades desarrolladas podría alimentarse tres veces a todos los hambrientos del planeta. Pero eso no es todo. Nuestros hábitos de consumo salvaje no sólo son obscenamente injustos con el resto de los humanos sino que producen efectos nocivos en el medio ambiente y desastrosos sobre el clima mundial.
La agricultura devora enormes cantidades de energía, agua, fertilizantes y pesticidas. Se tala la selva tropical y sus efectos provocan un aumento de más de un tercio en los gases de efecto invernadero. A su vez, cuando la basura orgánica se pudre en los vertederos, produce gas metano que envenena la atmósfera, con un impacto sobre el calentamiento global veinticinco veces mayor que el del dióxido de carbono…
A pesar de todo ésto, algo comienza a cambiar. Por lo pronto, estamos tomando conciencia de este derroche. Este es el primer paso para evitarlo.
Y mucha gente está ya trabajando en ello: si pudiera salvarse solamente la mitad de la basura evitable, ésto tendría el mismo efecto sobre el clima mundial que el quitar uno de cada cuatro coches de nuestras carreteras.
Organizaciones como los bancos de alimentos europeos trabajan para redistribuir parte de los alimentos desechados a gente necesitada, aunque les resulta materialmente imposible hacerse cargo de las toneladas de residuos comestibles que se descartan.
En Colonia, Alemania, se ha creado la organización Taste the Waste para combatir el derroche alimentario. Por todos lados proliferan los dumpster-divers (buceadores de contenedores), que reciclan alimentos para sí mismos o para otros. Por su parte, los Freegans conforman un movimiento que propicia una vida basada en una limitada participación en la economía convencional y el consumo mínimo de recursos. En España la organización Basurillas.org induce al reciclaje de productos en general y de comida en particular.
¿Y qué podemos hacer al respecto nosotros, los ciudadanos de a pie?
Evidentemente, no podemos empaquetar el pan del día anterior y enviarlo a los niños famélicos del tercer mundo. Pero sí podemos evitar tirarlo a la basura y consumirlo en forma de tostadas, por ejemplo, con lo que evitaríamos que siga subiendo el precio del trigo hasta hacerse inaccesible a los países sin recursos.
Otros consejos: cuando se va al supermercado, no escoger los productos de atrás con la fecha más lejana de caducidad, sino consumir los de adelante con fechas razonables; apoyar a los granjeros locales, para evitar en lo posible la cadena de distribuidores; adquirir sólo frutas y verduras de estación, con preferencia producidas localmente; comprar solamente lo que se necesita, dos o tres veces por semana para calcular mejor lo que de verdad se va a consumir.
Y, en cada aspecto de la vida, practicar la frugalidad, que solía ser la regla de oro de nuestros abuelos: consumir sólo lo imprescindible y reutilizar prácticamente todo.
Cuando esto se haya hecho axioma en cada ser humano del planeta, sólo entonces, estaremos más cerca del mundo justo y sostenible con el que todos soñamos.
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El hambre cotiza en bolsa


La sequía en los mercados financieros ha volcado a ciertos inversores en las materias primas. Fondos de alto riesgo y bancos influyen ahora en lo que vale el pan en Túnez, la harina en Kenia o el maíz en México. El Banco Mundial hace sonar la alarma por la explosión de los precios alimentarios

La sala en la que se reparte la comida del mundo parece cualquier cosa menos apetitosa. En la Bolsa de Chicago hay trozos de papel y vasos de cartón por todas partes, hombres sudorosos con chaquetas de colores chillones van de un lado a otro, gesticulan, gritan y se enzarzan en peleas por los contratos de semillas de soja, carne de cerdo o cereales.

Aquí, en la sala de negociación de la mayor Bolsa de materias primas del mundo se decide sobre los precios de los alimentos, y con ellos sobre el destino de millones de personas. El hambre del planeta se organiza aquí, además de la riqueza de unos pocos.

Para Alan Knuckman no hay mejor lugar en el mundo: "Esto es el capitalismo en estado puro", comenta este experto en materias primas, con una cara que se ilumina como la de un chiquillo; quizá porque nunca ha dejado de jugar. Hace 27 años que trabaja aquí. Al principio por cuenta de agencias intermediarias, pero pronto fundó la suya y ahora es analista en Agora Financials, una consultoría de inversiones en materias primas. "Estoy aquí para hacer dinero", comenta.

Cómo lo haga le da igual. Para él no hay diferencia ninguna entre petróleo, plata y alimentos. "No creo en la política, sino en el mercado, que siempre tiene razón".

¿La escalada de los precios de los alimentos? Para él, son una simple expresión del juego de la oferta y la demanda. ¿Los especuladores? Son buenos para los mercados, porque predicen con antelación los acontecimientos. ¿Excesos especulativos? "No veo dónde", afirma.

Esto último no deja de sorprender, porque en el mundo financiero nunca se ha producido tal volumen de inversión en las materias primas agrícolas. Solo en el último trimestre de 2010 se triplicó la inversión en comparación con los tres meses previos. El mercado posee una gran liquidez desde que los Estados trataron de sofocar la crisis financiera con enormes programas anticíclicos y paquetes de ayuda.

El pan del mundo atrae a inversores a los que les interesan tan poco los cereales como, anteriormente, las empresas punto.com o las hipotecas subprime. Estamos hablando de fondos de pensiones que manejan cifras multimillonarias y de pequeños ahorradores que buscan nuevas oportunidades de inversión más seguras, o de bancos que ofrecen apuestas financieras al por mayor sobre fondos de inversión en productos agrícolas.

El lado oscuro de todo esto es que, en paralelo al hambre de agroacciones, también suben los precios de los alimentos. Ya en marzo, la FAO anunció que se habían alcanzado nuevos récords en los precios, que superaron incluso los de la última gran crisis alimentaria de 2008. Según el Índice de Precios de los Alimentos de la FAO, el coste de los productos alimenticios experimentó un alza del 39% en el curso de un año. Los precios de los cereales subieron un 71%, al igual que los de los aceites y grasas destinados a la alimentación. El último índice publicado, en julio pasado, marcaba los 234 puntos, solo cuatro por debajo del récord histórico de febrero. "La época de los alimentos baratos se ha acabado", profetiza Knuckman.

Para sus compatriotas estadounidenses, que destinan el 13% de la renta disponible a adquirir productos para la nutrición, puede que el alza de los precios no pase de ser una molestia. Pero para los pobres del mundo, que dedican a comer el 70% de su magro presupuesto, es una amenaza existencial.

Desde junio del año pasado, 44 millones de personas han caído bajo el umbral de la pobreza solo a causa del incremento de los precios de los alimentos, según el Banco Mundial. Son personas que tienen que sobrevivir con menos de 1,25 dólares diarios. Hay más de mil millones de personas que sufren desnutrición en el mundo. La actual hambruna del Cuerno de África tampoco es consecuencia exclusiva de la sequía, la guerra civil o las élites corruptas, sino de los elevados precios de los alimentos.

"Efectos colaterales no deseados del mercado": así describe Knuckman el hecho de que los más pobres entre los pobres no puedan permitirse comer. Halima Abubakar, de 25 años, padece ese efecto colateral en sus propias carnes.

Hablamos con la keniana en su chabola de Kibera, el poblado marginal más grande de la capital, Nairobi. Abubakar se pregunta qué pondrá en la mesa a su marido y a sus dos hijos esta noche. Hasta hace poco, los Abubakar estaban entre los que mejor iban tirando en su misérrimo entorno. Con un salario de 150 euros como guardia en una prisión, el marido de Halima podía alimentar pasablemente a su familia.

Pero ahora, de repente, todo se ha hecho más difícil: la harina de maíz, piedra angular de la nutrición en Kenia, se ha encarecido en un 100% en los últimos cinco meses. Un récord. Pero el precio de las patatas ha subido un tercio, el de la leche aún más y de las verduras, para qué hablar.

"Cada vez sufre más la gente pobre y más gente puede caer en la pobreza por el alza y la fluctuación de los precios alimentarios", afirma Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial. En congresos, conferencias y reuniones se repiten, como en un rosario, las supuestas razones de la explosión de los precios, entre otras, el cambio climático y las sequías e inundaciones que conlleva; la creciente proporción de tierras de cultivo dedicadas a los biocombustibles; la mejoría en la alimentación de los países emergentes y su mayor consumo de carne; o el aumento de la población mundial, que crece más deprisa que la producción agraria.

Todos estos factores parecen lógicos y evidentes, y sin duda contribuyen a las tensiones en los precios. Pero no son su causa.

Oliver de Schutter, redactor de un informe de la ONU sobre el derecho a la alimentación, echa por tierra algunos mitos: "El apoyo a los biocombustibles, así como otros aspectos relacionados con la oferta [como las malas cosechas o la suspensión de exportaciones] son factores de una importancia relativamente secundaria, pero en el tenso y desesperado estado de las finanzas mundiales desencadenan una gigantesca burbuja especulativa". En su informe señala como culpables a grandes inversores que, dada la sequía en los mercados financieros, se han pasado en masa al comercio de materias primas, distorsionando los precios más allá de toda proporción. Los excesos especulativos son, según Schutter, la causa primordial del encarecimiento.

De hecho, las razones que se aducen una y otra vez para la explosión de los precios no resisten un examen detenido. Como es natural, los cultivos para biocombustibles demandan cada vez más tierras, pero hasta ahora solo constituyen el 6% de la cosecha mundial de cereales. Según el Banco Mundial, el impacto de los biocombustibles es considerablemente inferior a lo que se pensaba.

Lo mismo puede decirse del mayor consumo de carne en los países emergentes. Según el Instituto para la Investigación de la Política Alimentaria de Washington (IFPRI, por sus siglas en inglés), países como China, India o Indonesia han cubierto el incremento de su demanda sin recurrir de forma significativa al mercado internacional. "Carecemos de cualquier prueba que apunte al supuesto impacto en los precios mundiales de la demanda de los países emergentes", asegura el Banco Mundial en un informe.

Respecto al cambio climático, que sin duda ha inducido un recorte en la producción, hay que apuntar que esta sigue superando al consumo.

Sin embargo, la histeria que rodea la supuesta emergencia alimentaria probablemente sí forme parte de una estudiada estrategia de inversión. Al fin y al cabo, cada burbuja financiera se apoya en un guion: en el caso de la burbuja de Internet, lo que hizo que la gente perdiera el sentido común fue la historia de la Nueva Economía. En el de las hipotecas bancarias, el cuento de que los bienes inmuebles jamás perderían su valor. Ahora, con la burbuja alimentaria, es el temor a la supuesta carestía futura de los alimentos, algo que todos necesitamos.

El que la comida haya mutado en objeto de especulación en Wall Street tiene sobre todo que ver con un cambio fundamental que describe la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés): la reciente metamorfosis del mercado de productos alimentarios en un mercado financiero.

Heiner Flassbeck, economista jefe de UNCTAD, se ocupa desde hace tiempo de este asunto. Tras el desplome financiero de 2008 empezó a seguir la evolución del mercado de monedas, materias primas, deuda pública y acciones. Las curvas mostraban un sorprendente parecido. Flassbeck constituyó un grupo para investigar el fenómeno, que aportó unos resultados explosivos: el mercado de materias primas no funciona; en todo caso, no funciona como, según los modelos económicos, lo hace un mercado, en el que los precios se forman a través de la oferta y la demanda. En el informe publicado por el equipo de Flassbeck, las actividades de los actores financieros "empujan los precios de las materias primas mucho más allá de los niveles que justificarían los datos fundamentales del mercado".

Así se produce una distorsión masiva de los precios. Estos se forman no bajo la influencia de factores reales, sino bajo la de las expectativas económicas. La mayoría de los inversores que se lanzan hoy al mercado de materias primas no tiene la menor idea sobre la materia. "Quieren diversificar su cartera, subirse a un mercado en crecimiento o, sencillamente, hacer lo que todos los demás están haciendo", afirma el informe de la UNCTAD.

¿Pero a qué se debe que fondos de alto riesgo y bancos de inversión influyan en lo que vale el pan en Túnez, la harina en Kenia o el maíz en México? ¿Por qué se decide en parte en las Bolsas de Chicago, Nueva York o Londres cuánta gente va a pasar hambre?

La culpa la tiene una mutación trascendental de los mercados que ha pasado inadvertida durante varios años. Al lado del mercado tradicional, en el que los precios eran el resultado del juego de la oferta y la demanda, ha ido surgiendo un mercado de futuros financieros negociables en Bolsa. Para asegurarse frente a las fluctuaciones de precios, los productores vendían de antemano sus cosechas a un precio fijado. Cuando vencía el contrato a futuro y se suministraba la mercancía, si el precio en ese momento era más bajo que el prefijado, se beneficiaba el agricultor; en caso contrario, el poseedor del contrato de futuros. Con esa operación todos ganaban: los productores limitaban sus riesgos, quienes negociaban los futuros proveían de liquidez al mercado, y los consumidores veían cubierta su demanda.

En este mercado podían participar sobre todo actores directamente implicados en la industria agroalimentaria. Los bancos tenían en él un papel pequeño; era una especie de negocio a crédito, y funcionó bien y de forma estable durante décadas. Hasta que fue descubierto por la industria financiera.

El truco es que los especuladores nunca convierten los futuros en auténticas mercancías. Por ejemplo, los fondos venden contratos a 70 días poco antes del plazo de vencimiento y reinvierten el dinero fresco en nuevos futuros financieros. El sistema se convierte en un carrusel perpetuo sin que los inversores tengan jamás contacto con los auténticos precios de mercado. No importa, argumentan quienes dudan que los especuladores sean responsables del alza continua de los precios de las materias primas: en el mercado real siguen vigentes las reglas de la oferta y la demanda, que reequilibrarán las cosas con independencia de lo que ocurra en el mercado de futuros.

Error. De hecho, los precios de los futuros repercuten sobre los auténticos precios de mercado, como descubrió el responsable del Departamento de Mercados y Comercio del IFPRI, Máximo Torero. Cuando puso bajo la lupa los mercados del maíz, la soja y el trigo, constató que, en la mayoría de los casos, los precios reales seguían los precios de los futuros. El supuesto futuro transforma el presente; a su vez, las expectativas de mayores ganancias venideras animan al acaparamiento a quienes aún poseen mercancías reales, lo que a su vez vuelve a empujar al alza los precios. Así, la entrada de las finanzas ha desequilibrado por completo el mercado alimentario, tan predecible en otros tiempos. Según la FAO, solo el 2% de los contratos de futuros sobre materias primas acaban en un suministro real de las mercancías. El 98% restante se vende de antemano por especuladores que están interesados en la ganancia rápida y no en 1.000 mitades de cerdo. Hablamos de jugadores como Goldman Sachs, que en 2009 ganó más de 5.000 millones especulando en materias primas, lo que supuso más de un tercio de sus beneficios netos.

"Para restablecer el funcionamiento normal de los mercados de materias primas se requiere una rápida actuación política mundial", escribe UNCTAD, que exige más transparencia en estos mercados y reglas más estrictas para sus participantes. Los inversores, por su parte, no consideran parte de su tarea producir alimentos a precios asequibles. Su trabajo es convertir mucho dinero en mucho más dinero. Quien preste oídos a su asesor financiero cuando este le diga que invertir en fondos de materias primas sirve para garantizar la nutrición mundial, en el futuro debería tener clara al menos una cosa: esas inversiones forman parte del problema, no de la solución. -

© Der Spiegel Traducción de Jesús Albores
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Este blog está escrito y actualizado por el equipo de movilización social de la Sede de Zaragoza de Intermón Oxfam. Los textos y comentarios que aparecen aquí son el resultado de diversas actividades que realizamos para denunciar, movilizar y educar a la sociedad para que tome conciencia, actúe responsablemente y haga presión por un mundo mucho más justo.