Esta mañana he llegado a trabajar escuchando a la ministra Elena Salgado. Ha sido todo un ejercicio de contención para no ponerme a gritar en medio del vagón del tranvía por la indignación de los acuerdos alcanzados esta misma noche en Bruselas.
La mitad de la deuda griega se perdona directamente. Ahora sí. Qué lamentable haber estado pidiendo la condonación de países todavía hoy asfixiados por una deuda externa y cuyo argumento para eliminar una deuda mil veces pagada (que no es el caso de Grecia) tuvo que ser, por ejemplo, un terremoto devastador en una isla caribeña.
Y desde Bruselas, recién levantados de una noche de trabajo enmedio de la cual se han felicitado unos a otros, por ejemplo, por el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, se dice que los bancos hacen esto... voluntariamente, y poco menos que gratuitamente.
¿Alguien puede creerse que un banco para 'perdonar' una deuda sólo exija garantías de que la otra mitad se le pagará? Porque si esto es así, tan gratuito, tan altruista... ¿por qué no se hace con las hipotecas, o con los préstamos personales de familias que hace unos meses tienen a todos sus miembros en paro...? Ahora hasta firmaría el manifiesto de una gran marca de muebles que ha convertido nuestras casas en repúblicas independientes, en pequeños países.
Yo no me creo que esto sea tan gratuito. No me creo que ahora los bancos sean grandes organizaciones humanitarias, si incluso las obras sociales de las cajas de ahorro españolas pueden estar en peligro al haberse convertido en bancos privados!
Dentro de cuatro días viajo con un grupo de amigos a Niza, a la cumbre alternativa del G20, y la verdad, me gustaría saber si en estos momentos Elena Salgado sigue apoyando la tasa a las transacciones financieras. Me pregunto si en las negociaciones de esta noche no se habrán firmado acuerdos secretos de tranquilidad para los grandes bancos.
La economía no tiene pudor, no tiene vergüenza, y si en estos momentos la UE está negociando hasta altas horas de la madrugada, no creamos que es para salvar a los ciudadanos griegos, porque tras esta estampa está el verdadero salvamento de una economía que mantiene grandes sueldos a altos directivos, dietas innegociables, sueldos vitalicios, privatizaciones secretas y altos cargos en grandes empresas para quienes un día jugaron a ser todopoderosos.
José Miguel Capapé Texto secundario
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miércoles, 26 de octubre de 2011
Economía sin vergüenza
Publicado por
Intermón Oxfam en Zaragoza
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Este blog está escrito y actualizado por el equipo de movilización social de la Sede de Zaragoza de Intermón Oxfam. Los textos y comentarios que aparecen aquí son el resultado de diversas actividades que realizamos para denunciar, movilizar y educar a la sociedad para que tome conciencia, actúe responsablemente y haga presión por un mundo mucho más justo.
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