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martes, 8 de noviembre de 2011

Robin Hood estuvo en Cannes



Se esperaba mucho de esta edición del G20, que asume por primera vez un mandato anual y también una agenda de desarrollo. Nicolás Sarkozy se encargó de “calentar” el escenario cuando a principios de año presentó una agenda más que ambiciosa, que incluía asuntos tan gruesos como la regulación del sistema financiero o la volatilidad de los precios de los alimentos. La crisis y la puntilla del referéndum griego se han encargado de rebajar las expectativas, descafeinando un tanto el resultado de la cumbre. Pero algunas iniciativas positivas han logrado hacerse un hueco entre tantas tensiones divergentes. Entre ellas, la tasa Robin Hood (o Tasa a las Transacciones Financieras, TTF): en un ejercicio de equilibrios diplomáticos, el G20 valora los avances europeos, suma el apoyo de otros países (aunque no obliga a nadie) y reconoce que se asignen los recursos para desarrollo.

Parece poco ambicioso entusiasmarse solo porque se incluye una palabra en el comunicado final. Pero que el término “desarrollo” venga mencionado tras considerar una gravamen al sector financiero y el reconocimiento del G20 al impulso europeo, es un éxito y el resultado de un trabajo intenso de muchas organizaciones y movimientos sociales en más de cuarenta países. Es el modo de evitar que esto se quede simpelmente en nuevo mecanismo para reducir el déficit fiscal de algunos países (especialmente los europeos).
Texto secundario
Esta cumbre ha conseguido además consolidar un bloque más amplio de aliados a favor de la TTF. Junto con Francia, Alemania y España –sus grandes defensores-, ahora contamos con países como Sudáfrica, Argentina, Brasil, Corea del Sur o Etiopía. Muchos de estos países ya están aplicando medidas similares al sector financiero y asignando recursos directamente a programas de sanidad o reducción de la pobreza. Su impulso sirve de ejemplo para seguir avanzando hacia el ideal de una tasa global para resolver necesidades globales.

Lamentablemente, el G20 no ha logrado obtener el respaldo de dos de los grandes detractores de la medida: Estados Unidos y Reino Unido. Y eso a pesar del informe de Bill Gates sobre financiación innovadora, las conclusiones del FMI sobre la viabilidad de la medida, la propuesta de la Comisión Europea o el propio sentido común. El caso británico resulta especialmente incoherente, puesto que la City de Londres ya cuenta con una tasa a la compraventa de acciones sin haber dejado de ser una de las principales plazas financieras del mundo. Solo esto debería ser suficiente para echar por tierra los argumentos sobre el impacto en la liquidez, la volatilidad, el riesgo de deslocalización o cualquier otro tecnicismo. Quizás no sea ya una cuestión de informes sino de verdadera voluntad política frente al lobby del sector financiero.

Ningún impuesto es del todo neutro. Al contrario, la fiscalidad es política pura. Cada decisión tributaria responde a una visión del modelo de sociedad por el que apuesta el gobierno de turno. Promover una tasa que se aplique a transacciones esencialmente especulativas, que no añaden valor real a la economía pero que en cambio aumentan los riesgos y desequilibrios del sistema, es una clara muestra de que se defiende una sociedad un poco más justa, contribuyendo a la redistribución de la riqueza.

México tiene ahora la palabra, al asumir la próxima presidencia del G20. Pero la agenda europea, que sigue su curso, determinará también las claves de cómo se llevará realmente a la práctica. Y otra vez veremos de qué color se visten los líderes europeos. Mientras tanto, el espíritu de Robin Hood y sus proscritos seguirá recorriendo las ciudades de todo el mundo.

Esta entrada ha sido elaborada por Susana Ruiz, responsable en Intermón Oxfam de la campaña por la Tasa Robin Hood. Oxfam ha sido una de las organizaciones más activas en la reciente cumbre del G20 en Cannes.

1 comentario:

Valentin dijo...

Muy buen post explicando que pretende la tasa sobre las transacciones financieras. Es evidente que los intereses de los países que no han querido votar a favor son tan grandes que les llevan por los caminos de la contradicción.

Necesitamos palabras de aliento para llenar el espíritu y el ánimo de la lucha Robin Hood.

Gracias.

Este blog está escrito y actualizado por el equipo de movilización social de la Sede de Zaragoza de Intermón Oxfam. Los textos y comentarios que aparecen aquí son el resultado de diversas actividades que realizamos para denunciar, movilizar y educar a la sociedad para que tome conciencia, actúe responsablemente y haga presión por un mundo mucho más justo.