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sábado, 29 de octubre de 2011

El niñx 7.000 millones




En estos días la tierra ha llegado a los 7.000 millones de habitantes. No es noticia si ha sido niña o niño, lo que sí es noticia es que con toda seguridad este habitante viene a engrosar el número de pobres del planeta. Viene a abrir más si cabe la brecha que separa a los ricos de los pobres, al norte del Sur.
En los últimos 50 años hemos pasado de 3.000 millones a 7.000 millones, hemos doblado con creces la población del planeta. Y de estos 7.000 millones 4.000 están en los países más pobres.
Y ya hemos comenzado el viaje imparable hacia los 9.000 millones que según los expertos podríamos alcanzar dentro de escasos 30 años.
África, Asia y también América Latina todavía tienen tasas de natalidad muy altas, aunque si urgamos un poco en las estadísticas nos damos cuenta de que en toda la historia (salvo excepciones como China) las tasas de natalidad sólo han disminuido conforme ha aumentado la esperanza y la calidad de vida de sus habitantes. Un pequeño agricultor africano quiere que a sus 40 años, cerca ya del final de su vida, pueda tener hijos e hijas que cuiden de él y como en su aldea mueren 4 de cada 10 niños nacidos... es comprensible que se aventure a tener familia numerosa, familia que dispara las estadísticas y las alarmas poblacionales a miles de kilómetros de distancia de su aldea.
La única solución para parar este crecimiento poblacional que nos llevará al caos global, es mejorar la vida de los más pobres, hacer que sus aspiraciones vayan más allá de su día a día, conseguir aumentar su esperanza de vida gracias a las mejoras en la sanidad, su calidad de vida, gracias a las mejoras en la educación.
No hay otra salida.
(Bucear en las interesantísimas estadísticas de Ted Roslings, merece la pena)
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miércoles, 26 de octubre de 2011

Economía sin vergüenza



Esta mañana he llegado a trabajar escuchando a la ministra Elena Salgado. Ha sido todo un ejercicio de contención para no ponerme a gritar en medio del vagón del tranvía por la indignación de los acuerdos alcanzados esta misma noche en Bruselas.
La mitad de la deuda griega se perdona directamente. Ahora sí. Qué lamentable haber estado pidiendo la condonación de países todavía hoy asfixiados por una deuda externa y cuyo argumento para eliminar una deuda mil veces pagada (que no es el caso de Grecia) tuvo que ser, por ejemplo, un terremoto devastador en una isla caribeña.
Y desde Bruselas, recién levantados de una noche de trabajo enmedio de la cual se han felicitado unos a otros, por ejemplo, por el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, se dice que los bancos hacen esto... voluntariamente, y poco menos que gratuitamente.
¿Alguien puede creerse que un banco para 'perdonar' una deuda sólo exija garantías de que la otra mitad se le pagará? Porque si esto es así, tan gratuito, tan altruista... ¿por qué no se hace con las hipotecas, o con los préstamos personales de familias que hace unos meses tienen a todos sus miembros en paro...? Ahora hasta firmaría el manifiesto de una gran marca de muebles que ha convertido nuestras casas en repúblicas independientes, en pequeños países.
Yo no me creo que esto sea tan gratuito. No me creo que ahora los bancos sean grandes organizaciones humanitarias, si incluso las obras sociales de las cajas de ahorro españolas pueden estar en peligro al haberse convertido en bancos privados!
Dentro de cuatro días viajo con un grupo de amigos a Niza, a la cumbre alternativa del G20, y la verdad, me gustaría saber si en estos momentos Elena Salgado sigue apoyando la tasa a las transacciones financieras. Me pregunto si en las negociaciones de esta noche no se habrán firmado acuerdos secretos de tranquilidad para los grandes bancos.
La economía no tiene pudor, no tiene vergüenza, y si en estos momentos la UE está negociando hasta altas horas de la madrugada, no creamos que es para salvar a los ciudadanos griegos, porque tras esta estampa está el verdadero salvamento de una economía que mantiene grandes sueldos a altos directivos, dietas innegociables, sueldos vitalicios, privatizaciones secretas y altos cargos en grandes empresas para quienes un día jugaron a ser todopoderosos.

José Miguel Capapé Texto secundario Leer más...

martes, 18 de octubre de 2011

Lo que engorda, mata.



Busquemos de nuevo las causas del hambre en el planeta Tierra. La crisis en el Cuerno de África nos obliga a ello y, ciertamente, tenemos acceso a informaciones claras y concluyentes que relacionan esta nueva hambruna a realidades no climatológicas, porque hasta la sequía imprevista responde a un cambio climático producido por una civilización industrial lejana y ajena a las personas allí sobreviviendo. La especulación alimentaria, la marginación de la agricultura campesina y autóctona de la zona, el acaparamiento de las mejores tierras por capitales extranjeros, la imposición de cultivos para la exportación, etc. son –repetidas- las peores catástrofes inventadas por la codicia del ser humano.

Y ahora que las tenemos ubicadas, ¿cómo las enfrentamos? Evidente, en primer lugar y con toda la energía posible, el análisis llama a una acción política -la soberanía alimentaria- para contrarrestar y evitar más hambres, más pobreza a cambio de tantas riquezas y de tantos empachos. En segundo lugar, y se insiste mucho en este tema, con nuestro consumo individual con el que también podemos ‘ejercer’ solidaridad. Efectivamente, tenemos fórmulas e iniciativas a mano para un consumo responsable: recuperar los mercados campesinos, las cooperativas de consumo, la alimentación de temporada y ecológica, etc. Y una, muy poco expuesta, difundida y defendida (quizás por ser de cajón, quizás porque está devaluada en nuestro pensamiento, quizás por recordar tiempos de penurias aún recientes, quizás por estar envuelta muchas veces con tintes religiosos) que, pienso, hay que recuperar: ‘la frugalidad’.

Las últimas décadas de nuestra civilización se ha rendido a los buffets para atiborrarse a precio fijo; a las comilonas en días festivos y el empacho posterior; a las bacanales de calorías en cruceros, bodas y comuniones; a las palomitas y refrescos de tamaños XXL; al compre dos y llévese tres; y en definitiva, al culto desmedido a comer sin medida.

Pensemos, no sólo en una cuestión de nuestra salud (la obesidad es un grave problema en nuestras generaciones) sino también en lo que representa. Porque en un planeta finito donde los recursos para producir alimentos son limitados (tierra fértil, agua de riego, energía, etc.) los abusos y excesos para unos estómagos son finalmente alimentos que otras personas no podrán llevarse a la boca.

Sí, ciertamente, parece como cuando de pequeño no quería comer alguno de los platos de mi abuela y ella me decía, -cómetelo por los niños pobres de África, y yo no me imaginaba mi potaje de garbanzos viajando a Etiopia. Pues la abuela tenía razón. Y mucha, porque compartimos un planeta con un único metabolismo global. No es que el potaje viaje de Norte a Sur, es que la ración de merluza exagerada que nos preparamos puede provenir perfectamente de Namibia, donde se pasa hambre. Y si nos sirven un bistec enorme que es imposible de atacar, esa ternera ha estado alimentada con soja sudamericana en tierras que ya no producen comida para las gentes locales. Y así con mucha y mucha comida que acabamos desperdiciando. Exactamente, según estudios encargados por la FAO, cerca de un tercio de los alimentos que se producen cada año en el mundo para el consumo humano se pierden o desperdician. Se desperdician porque ‘no puedo más’; porque se compra para muchos días y se echa a perder; o por las normativas de caducidad. Se pierden muchos alimentos antes de ser comidos porque no dan la talla o el color exigidos por los supermercados o porque la cadena entre productor y el consumidor es tan larga que mucha comida perece en el intento.

Así pues, añadamos a nuestro catálogo de consumidores y consumidoras responsables la frugalidad, el comer lo justo y suficiente. Expulsar la cultura del despilfarro comestible. Porque, mientras no desmembremos este sistema alimentario totalitario, lo que engorda, mata.

Publicado en El correo vasco el 9 de octubre de 2011 por Gustavo Duch
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viernes, 14 de octubre de 2011

Nuevos tiempos, nuevos mercados



Hoy se inauguran los nuevos mercados financieros, nuevos tiempos, nuevos mercados...

Asistimos a la presentación oficial conel Sr. Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Gobernador del Banco de España), el Sr. Hood y la Ministra Elena Salgado (que por si no lo sabían apoya la tasa a las transacciones financieras)


Miguel Ángel Fernández Ordóñez:

Bienvenidos a todos y todas a este breve acto de inauguración de los Mercados por el Desarrollo. Una inauguración muy muy especial porque supone la puesta en marcha de un nuevo modelo de funcionamiento de los mercados que no se había visto hasta ahora, con la aplicación de la Tasa Robin Hood, lo cual a su vez va a suponer el cambio en la vida de miles de millones de personas. Tenemos el gusto de contar hoy con la presencia de dos ilustres personas para llevar a cabo el corte simbólico de esta cinta, y que han tenido mucho que ver en que hoy podamos llegar a este punto. Por una parte el conocidísimo Robin Hood que da nombre a la tasa, y por la otra la Ministra de Economía y Hacienda española, Doña Elena Salgado. Tiene la palabra el Sr. Hood

Robin Hood:

Quiero agradecer en primer lugar al representante de los mercados por cómo han aceptado su adhesión a la tasa que lleva mi nombre y que servirá para poder reducir las diferencias sociales, para combatir la pobreza y los efectos del cambio climático. ¿Sabíais que en ocho días, se recaudaría dinero suficiente para garantizar educación primaria universal para los 72 millones de niños que hoy en día no están escolarizados? , ¿ En tres meses y medio, se cubriría el coste necesario para cubrir la adaptación y mitigación del cambio climático en los países en desarrollo? ¡Increíble! ¿no?. Estamos muy contentos y satisfechos que finalmente la tasa haya sido ratificada y en eso tiene mucho que ver la persona que tengo a mi lado la Ministra Elena Salgado a la que cedo la palabra

Elena Salgado:

Estimado representante de los mercados. Estimado señor Hood. Es para mí un placer el poder asistir hoy a la inauguración de estos Mercados por el Desarrollo. Estoy segura que gracias a la Tasa Robin Hood los mercados se van a convertir en una grandísima ayuda en la lucha contra las desigualdades. Me gustaría recordar en estos momento cuando la Alianza de la Tasa llamo a mi puerta con el lema #elenaapoyalatasa. Gracias a sus explicaciones y su insistencia, pude comprender la importancia de destinar el dinero de la tasa al combate a la pobreza, a los efectos del cambio climático y a reducir las diferencias sociales. Comprendí rápidamente que éste y no otro era el lugar al que debían dirigirse los fondos. Por ello estoy orgullosa de poder participar hoy en esta apertura de los nuevos mercados

Miguel Ángel Fernández Ordóñez:

Muchas gracias Sr. Hood, muchas gracias Ministra. Dicho esto sin más pasamos a cortar la cinta con la esperanza que este día sea sólo el comienzo de un fructífero periodo de colaboración de los Mercados en la lucha contra las desigualdades que se producen en el mundo que los rodea. Tras el corte de la cinta nos haremos una foto de familia para los medios. Muchas gracias a todos los asistentes

De nosotros depende que un día... esto pueda ser realidad. Leer más...

jueves, 13 de octubre de 2011

Apúntate a la manifestación mundial

En Zaragoza las organizaciones de la Alianza Aragonesa Contra la Pobreza quedaremos en la tienda de Intermón Oxfam (León XIII 24) para recoger la pancarta de Pobreza Cero y sumarnos a la manifestación.

Os esperamos a todos
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martes, 11 de octubre de 2011

Despilfarro

“Se desperdicia más comida en el mundo de la que podrían consumir todas las personas hambrientas” (Tristram Stuart) Esta entrevista con el autor del libro 'Despilfarro' de Alianza Editorial, nos pone los pelos de punta al hacernos conscientes de un tema tan alarmante: la cantidad de alimentos que se producen, directamente para ir a la basura.  

¿Desperdiciar comida aún comestible es algo cultural, típico de los países ricos o bien es una práctica que se encuentra por todo el mundo? 
 Cuando estaba investigando para el libro pasé una temporada con la etnia uigur en el Noroeste de China. Un día estaba comiendo en un restaurante de carretera. El chef se había sentado conmigo para hablar un poco. Cuando retiré el bol de arroz que ya había acabado, frunció el entrecejo, me señaló los tres granos que quedaban en el fondo del recipiente y me ordenó: “¡Limpia!” Sonrió mientras con cuidado limpié a fondo el bol. Los uigures creen que despilfarrar comida es un insulto al cocinero, al agricultor y en última instancia un insulto a Alá. En esta ocasión recibí una lección en mi propio terreno. Me hizo darme cuenta de que nosotros –las personas- tenemos el poder para producir los cambios necesarios si convertimos el desperdicio de comida en algo socialmente inaceptable.  

¿Qué recomendaría a un ciudadano para evitar tanto desperdicio de alimentos en casa?
Todo empieza al ir a la compra. Haz una lista de lo que necesitas, y utiliza la lista como un escudo que te proteja de las técnicas de márketing que utilizan los comercios de alimentación, que quieren que compres más de lo que necesitas. ¡Come lo que compras y compra lo que necesitas!  

¿Deberíamos enviar los restos de comida al extranjero? ¿Es esto la solución?
¡No! Se trataría por supuesto de una idea absurda. La solución es no producir más de lo necesario y no despilfarrar. Sin embargo, está claro que despilfarrar comida es el equivalente de sacar comida de las bocas de los pobres a escala global. Cuando compramos comida, por ejemplo, pan, estamos interactuando en el mercado global del trigo. Las recientes subidas de precio de algunas materias primas como el trigo han sido provocadas en gran medida porque la demanda supera la oferta. Estas subidas de precio condenan a millones de personas al hambre. Si nosotros, en los países ricos, despilfarráramos menos pan y por lo tanto, compráramos menos trigo en el mercado mundial, quedaría más cantidad disponible para las personas en África y Asia, que pasan hambre, y que compran el trigo en el mismo mercado mundial.  

¿Deberían los supermercados donar sus productos antes de que caduquen? ¿Cómo es la situación en España y Europa? 
Sí, si un supermercado u otro comercio de alimentación acaba teniendo excedentes de productos que van a caducar, deberían donarlos para que la gente pueda consumirlos, antes que despilfarrarlos. Esta práctica está mucho más extendida en los EEUU que en España y en el resto de Europa. Y es hora ya de que nosotros –los consumidores- exijamos a los comercios de alimentación que donen sus excedentes en vez de tirarlos a la basura.  

¿Por qué los países ricos no invierten más en la agricultura de los países pobres? 
Estoy ahora mismo en la India investigando precisamente este asunto. Veo a mi alrededor montañas de frutas y de verduras que se están pudriendo simplemente porque faltan infraestructuras agrícolas. Es un asunto del que hablo en mi libro. Me complace ver que después de muchos años de ignorar el asunto los países donantes y las ONG están dándose cuenta de que se puede aumentar la disponibilidad de alimentos en estos países invirtiendo cantidades de dinero relativamente pequeñas para crear infraestructuras, y así asegurarse de que la comida llegue en condiciones a los consumidores y no se pudra.  

Oxfam lanzó un informe este año donde denunciaba que 2 millones de personas pasan hambre en España hoy en día como consecuencia de la crisis económica. ¿Cree que con lo que se despilfarra de comida en España podrían alimentarse a esas personas? 
En este momento se despilfarra más comida de la que podría ser consumida por todas las personas hambrientas. Deberíamos conseguir que los excedentes de comida fresca y comestible llegaran a las personas hambrientas, y a la vez eliminar los excedentes innecesarios que estamos creando. Cuando di de comer a 5.000 personas en Londres en el evento “Feeding 5.000” con comida que de no haberse utilizado así habría acabado en el cubo de la basura, calculé que si hubiera sido capaz de recoger toda la comida despilfarrada en Gran Bretaña ese día, habría tenido suficiente para ofrecer una comida a 60 millones de personas, es decir, a todo el país, y ¡aún me habrían quedado algunas sobras para la cena!  

¿Cómo puede ser que no exista una ley que obligue a los productores de alimentos y a los supermercados a hacer público cuánta comida despilfarran, cuando tanta gente dentro y fuera del país pasa hambre? 
Lo primero que deberían hacer las grandes compañías alimentarias es ser transparentes y hacer público qué cantidad de comida desperdician. Así se crearía una competencia entre ellas para aparecer a ojos del público como “la que menos desperdicia”. Hemos introducido con mucho éxito esta medida en Noruega y es hora ya de que el resto de Europa siga la estela.
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Frente al G20, todos a Niza!

La cumbre del G20 en Cannes marca el final, y puede que el éxito, de la campaña por la Tasa Robin Hood. Una campaña orquestada por Oxfam y apoyada por amplios sectores de la sociedad que quieren que se aplique esta tasa al sector financiero, quizá el máximo responsable de esta crisis internacional que sobre todo se está viviendo en los países del Sur.

Creemos que estamos en el momento de que esta tasa salga a la luz, que un grupo de países europeos acaben liderando su puesta en marcha. La Unión Europea en las últimas semanas ha pasado de los discursos a los textos concretos, es algo que ha aclarado el futuro de la FTT.

Pero todos los que hemos apoyado la aplicación de la Tasa Robin Hood queremos que este impuesto esté debidamente asignado a la lucha contra la pobreza, el desarrollo y la adaptación al cambio climático. Este es nuestro verdadero objetivo. De lo contrario estaríamos pasando del éxito al fracaso habiendo colaborado a la implantación de una tasa que podría quedarse en los bolsillos de los mismos que la están pagando.

Con ocasión de la cumbre del G20 en Cannes los días 2 al 4 de noviembre se está preparando una cumbre alternativa en Niza del 1 al 4 de noviembre. El día 1 todos los ciudadanos están llamados a una manifestación en Niza para mostrar el descontento ante las políticas fiscales mundiales, el lema elegido por todas las organizaciones que están detrás de las movilizaciones: 'Los pueblos primero, no las finanzas!'.

Movilizarse para exigir justicia es un derecho hasta podría decirse una obligación, para mostrar el descontento, la indignación, para mostrar que los políticos no están solos en la toma de decisiones. La Tasa Robin Hood es posible, hemos pasado de el escepticismo a poner la Tasa en boca de todos en todos los medios de comunicación como una posibilidad recaudatoria importante pero... ¿para qué? 

Hasta el final hemos de seguir gritando que queremos que sirva para acabar con la pobreza, que queremos que sirva para apoyar a los millones de personas para quienes la subida de los precios de los alimentos, el cambio climático, la crisis, no significan cambiar el lugar de vacaciones, poderse bañar en la playa fuera de temporada o plantearse si pueden seguir pagando la hipoteca, sino que significan no poder comer hoy, ver cómo se secan todas sus cosechas y tener que huir de sus tierras vendidas al mejor postor. 

Únete a la movilización mundial, ve a Niza y exige justicia!
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jueves, 6 de octubre de 2011

El mapa de la crisis alimentaria mundial

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Oxfam nos presenta en este mapa una visión de los efectos de la crisis alimentaria mundial en las comunidades más pobres del planeta, las que más se ven perjudicadas por los altos precios de los alimentos y su volatilidad.

Este mapa manifiesta que la tensión en el planeta tiene mucho que ver con los precios de los alimentos.
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Este blog está escrito y actualizado por el equipo de movilización social de la Sede de Zaragoza de Intermón Oxfam. Los textos y comentarios que aparecen aquí son el resultado de diversas actividades que realizamos para denunciar, movilizar y educar a la sociedad para que tome conciencia, actúe responsablemente y haga presión por un mundo mucho más justo.