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jueves, 28 de octubre de 2010

Anticooperación Española



Día a día se producen, en el marco de las relaciones internacionales, casos de "Anticooperación", es decir, de procesos y mecanismos transnacionales generados por los países económicamente más poderosos, que interfieren negativamente en los países más empobrecidos. El Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) nos desvela un caso emblemático de anticooperación española: el río Madera en la frontera entre Brasil y Bolivia.

El informe, fruto del trabajo realizado conjuntamente con Veterinaris Sense Fronteres y SETEM, desvela el caso del río Madera como uno de los mayores conflictos sociales, económicos y ambientales implicados por el pujante desarrollo de las megainfraestructuras en América del Sur, en el marco de la Iniciativa para la Integración de las Infraestructuras Regionales Sudamericanas (IIRSA). La investigación nace de la preocupación generada por los impactos que puede tener la construcción de megarepresas en la Amazonía brasileña y boliviana, con la participación del principal banco español: el Banco Santander.

Esperamos que este informe sea una contribución a los esfuerzos desplegados por la sociedad civil movilizada, en aras de que las autoridades y empresas españolas dejen de anticooperar y asuman por fin la responsabilidad exterior que tienen sus actividades, sobre todo cuando inciden negativamente en las poblaciones más empobrecidas y en los ecosistemas más vulnerables.
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miércoles, 27 de octubre de 2010

Llama al PP, es urgente!



En plena negociación de los Presupuestos Generales del Estado, quizá menos generales de lo que algunos esperábamos, con reducciones en gasto social, con grandes reducciones en Ayuda Oficial al Desarrollo (con la bajada propuesta es la partida que más ha bajado en este año, casi un 25% con respecto al presupuesto del año anterior) va la oposición y plantea una enmienda en la que se recortan 200 millones más en los proyectos de cooperación al desarrollo. Sencillamente IMPRESENTABLE.

Muchos recordamos todavía la movilización ciudadana que hace 16 años pedía el 0,7%, una petición que recogió el gobierno de Aznar y que desde entonces ha sido como la subida de un gran puerto de montaña para cada gobierno. El año pasado estábamos en el 0,5%, la actual bajada del PSOE que se aprobaría gracias a PNV y CC, lo dejaría en 0,37%, pero es que el PP lo reduciría a un 0,33%.

Pero ¿podemos hacer algo ante tal desfachatez?

Se me ocurre llamar al teléfono gratuito de la sede del PP para pedir que se retire la enmienda 184, para pedir que no se juegue con la ayuda al desarrollo, llamar al 900 101 446 para expresar con tranquilidad nuestras quejas, para ejercer ciudadanía.
No queremos que paguen los de siempre.

Pero si se trata de dar ideas al PP para reducir esos 200 millones de euros del presupuesto podríamos dar algunas, ese dinero podría salir:

- Del gasto en defensa, que es cuatro veces la ayuda española. Los programas
especiales de modernización supondrán 205 millones en 2011, e incluyen la compra de
770 misiles IRIS-T, 12 obuses REMA, 8 helicópteros de ataque TIGRE, etc.
- De la financiación adicional que se le da a las empresas concesionarias de autopistas
de peaje para compensarles por haber hecho pagos extra en sus expropiaciones (135
millones de euros) o para las obras de mejora que deseen (200 millones de euros).
- De aportaciones al patrimonio a RENFE y a ADIF, que suponen 600 y 574 millones de
euros, respectivamente.
- Del parque móvil ministerial (hasta 47 millones de euros), la cría caballar del ejército
(18 millones de euros), gastos reservados del CNI (18 millones de euros), la comisión
de vigilancia de la competencia en el mercado de tabacos (9 millones), o los 5.000
millones para el fondo de compensación por el “déficit eléctrico”.

Por favor llamad, ¡es urgente!

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jueves, 21 de octubre de 2010

Vuelve la Tasa Tobin en versión 2.0




El sector financiero ha sido sin duda el gran beneficiado del proceso de globalización. La liberalización acelerada de los mercados de capitales se ha traducido en un crecimiento exponencial de los intercambios financieros. Su volumen supera ya el 70% del PIB mundial, y sigue creciendo. El Banco Internacional de Pagos de Basilea aportaba un dato revelador: el mercado de divisas en abril de 2010 movía un volumen un 20% superior al de 2007, antes de la crisis. Esto significa que cada día se realizan operaciones cambiarias por valor de cuatro billones de dólares, pero solo un 2% llevaban asociados intercambios comerciales.
Y si la actividad financiera se recupera a un ritmo muy superior a la economía real, también es cada vez mayor el efecto de contagio en caso de burbujas especulativas sobre diferentes sectores de la economía. Los mercados alimentario, inmobiliario o energético son ejemplos válidos. Según la consultora Mckinsey, el sector financiero duplicará sus resultados de aquí a 2016 y la identifica como la actividad más rentable del mundo, incluso por delante de la industria extractiva. El FMI ha señalado recientemente que está "insuficientemente gravado y es quizás demasiado grande", por lo que propone medidas correctoras sobre "el exceso de beneficios" de la actividad financiera. Hoy son necesarias propuestas que aborden su deficiente regulación y su excesivo tamaño, pero que tengan también un claro potencial recaudatorio.

Y es que, como consecuencia de la crisis económica y la crisis de la deuda soberana, muchos Gobiernos se han visto abocados a adoptar planes de rigor que se han traducido en recortes considerables en prestaciones sociales y subidas inmediatas de impuestos, en particular al consumo. Tan solo en Estados Unidos, el rescate del sector financiero costó a los contribuyentes más de 700.000 millones de dólares. Sin embargo, los beneficios anunciados por la banca durante el primer semestre de este año rondan el billón de dólares a nivel global, sin que ello haya resultado en un aumento, cuando menos equivalente, en el acceso al crédito para las familias y las empresas.

El impacto de la crisis ha sido aún mayor en los países en desarrollo, que encuentran dificultades para acceder a sus habituales fuentes de financiación y soportan reducciones drásticas en la ayuda al desarrollo de los donantes. En los países más pobres la crisis se traduce en hambre y en una mayor dificultad para cubrir las necesidades básicas como la educación o la salud. Oxfam ha calculado que la crisis económica ha creado un agujero fiscal de 65.000 millones de dólares en los países más pobres y todavía hoy una de cada seis personas en el mundo no sabe si podrá comer al día siguiente.

El comportamiento irresponsable de determinados componentes del sector financiero ha estado en el origen de la crisis. Las medidas que se adopten han de ser progresivas y recaer de manera especial sobre quienes nos han conducido a este desequilibrio económico, contribuyendo al coste de la recuperación al mismo tiempo que se aborda una reordenación de fondo contra la especulación excesiva.

Después de un período de impasse, hoy por fin tenemos una batería de propuestas a debate. Una de las alternativas con mayor capacidad, por su potencial impacto recaudatorio, y por su efecto corrector, es la aplicación a nivel global de una tasa sobre las transacciones financieras internacionales (TTF). Una idea muy simple, pero muy efectiva: aplicando un impuesto muy pequeño (de solo el 0,05%) sobre todas las transacciones financieras internacionales podrían recaudarse más de 300.000 millones de euros anuales. Trasladado al escenario español, podrían recaudarse hasta 6.300 millones de euros anuales según la Fundación Ideas.

Esta medida se aplicaría sobre las transacciones financieras internacionales entre operadores profesionales, con un amplio perímetro de cobertura, incluyendo las que se realicen fuera de los mercados organizados y sobre los derivados financieros. El 80% de estas operaciones son esencialmente especulativas o de muy corto plazo, totalmente al margen de la economía real. La fuerza recaudatoria se acompañaría de una capacidad de reducción de la volatilidad del mercado al penalizar los movimientos rápidos y sucesivos. Su peso es insignificante para la inversión real, incentivando entonces sí las actividades productivas.

Considerando que se trata de una tasa minúscula, lo razonable es pensar que su limitado coste sea absorbido por los operadores mismos, dada la inercia de competitividad de los mercados, sin repercutir de manera directa sobre la ciudadanía ni sobre los intercambios comerciales. Es ahí, sobre los agentes profesionales, sobre los que recae el efecto de recaudación y regulación de la TTF y no sobre la ciudadanía en general.

Los recursos obtenidos se destinarán a reducir las desigualdades sociales a nivel internacional y contribuir a combatir la pobreza y los efectos del cambio climático. Este "dinero nuevo" debe ser complementario a los compromisos ya adquiridos de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y no deberán ser nunca una excusa para sustituir la meta de alcanzar el 0,7% del PIB nacional para cooperación, algo esencial para que se cumplan los Objetivos de Desarrollo del Milenio hoy seriamente amenazados tras los limitados acuerdos de la reciente cumbre de Nueva York.

Esta no es una iniciativa nueva ni tampoco aislada. Fueron los propios Gobiernos los que recogieron una vieja propuesta apoyada por numerosas organizaciones sociales, como forma de abordar la necesidad de hacer contribuir al sector financiero, tras las gigantescas inyecciones de recursos recibidas. Primero Angela Merkel en la cumbre del G-20 de hace un año en Pittsburgh y jefes de Estado como Sarkozy o Zapatero en la reciente cumbre de Nueva York, han mostrado su voluntad de defenderlo en los ámbitos internacionales. Más de 350 economistas de prestigio internacional como Stiglitz, Krugman o Sachs han respaldado públicamente la factibilidad y adecuación de la medida.

Hace 30 años, en un momento de fuerte inestabilidad en los mercados cambiarios, James Tobin retomó el planteamiento inicial de Keynes de gravar los mercados especulativos de divisas. La aplicación de esta tasa sobre las transacciones en divisas estaba entonces esencialmente planteada con la intención de reducir su volatilidad. La TTF hoy viene a ser una versión actualizada al siglo XXI de la tasa Tobin, extendiéndola a todo tipo de transacciones financieras internacionales, con un gravamen más reducido, ajustado a la capacidad del mercado y a los nuevos soportes tecnológicos.

La iniciativa debe entenderse no como una decisión cerrada, absoluta, para la que solo vale el todo o nada. Es perfectamente viable secuenciar su puesta en marcha, establecer un plan de aplicación y modular el esfuerzo en función de los instrumentos sobre los que se aplica. La barrera fundamental ha sido la falta de voluntad de los Estados para superar cuestiones operativas y hacerlo realidad, especialmente en el marco del G-20. Recientemente la Comisión Europea ha dado un paso significativo, al proponer que la UE defienda en el próximo G-20 de Corea la TTF. Según el comisario Semeta, aplicada a nivel global, esta medida es posible, viable y necesaria para recaudar fondos adicionales para financiar políticas públicas globales.

¿Existen preguntas sin resolver? Sin duda hay detalles técnicos por perfilar, y deben alcanzarse acuerdos políticos sobre la aplicación de la tasa. Pero frente a las incógnitas, una certeza absoluta: la efectividad de una medida sencilla para recaudar recursos ingentes para la lucha contra la crisis en el mundo entero, sin afectar a los ciudadanos de a pie y a la sociedad en su conjunto.

Susana Ruiz es responsable de Gobernabilidad y Sector Privado del Departamento de Campañas y Estudios de Intermón Oxfam.
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URGENTE RESCATE DEL POZO DEL HAMBRE!!!




La prensa de todo el mundo presentaba estas semanas con todo lujo de detalles el extraordinario rescate de los 33 mineros chilenos. Es lacrónica de una hazaña extraordinaria donde todo un país, empezando por sus dirigentes, han unido sus voluntades y todoslos recursos a su alcance para salvar 33 vidas.

El rescate del pozo del hambre y la desnutrición de casi mil millones de personas no ocupa la misma atención en los medios.
Los niños que sufren retrasos en su crecimiento por la desnutrición, las madres y padres que no pueden dar de comer a sushijos, también tienen rostros, historias personales y retos por delante. Y acabar con su injusta situación requiere los mismos ingredientes que el rescate de la mina San José: voluntad política, determinación y recursos económicos y técnicos. La reunión del Comité de Seguridad Alimentaria (CSA) que se está celebrando en Roma debería ser un fuerte impulso para movilizarlos de una manera coordinada internacionalmente.
La reforma del CSA que se aprobó hace unos meses pretendía conseguir que este organismo tuviera la capacidad de dirigir los esfuerzos mundiales por el derecho a la alimentación, coordinando de manera efectiva a todos los actores (Gobiernos, organismos internacionales, ONG, movimientos sociales, empresas...) para hacer frente a las causas globales del hambre.

Pero los preliminares de la reunión del CSA no parecían muy halagüeños. Pocos países habían anunciado la asistencia dealto nivel a esta reunión. Mientras Francia y Alemnania sí envían a sus ministros, España no enviaba a ningún Ministro ni Secretaria de Estado. No será nuestro país quien dé un mensaje de compromiso e impulso político.

Sin embargo, hay motivos para poner mucha atención en esta reunión. De hecho, durante los días previos a la cita se produjo un importante encuentro de representantes de organizaciones sociales de campesinos, pescadores, mujeres rurales, jóvenes, ONGD... que han discutido y acordado cómo serán elegidos los representantes de centenares de organizaciones sociales en el consejo asesor del CSA. Y no sólo eso, también se discutieron y consensuaron posiciones comunes sobre los temas objeto de discusión y debate en esta cumbre. Unos temas de discusión extraordinariamente relevantes. Hoy se han celebrado tres mesas redondas sobre las crisis alimentarias prolongadas, sobre la gestión de la vulnerabilidad y los riesgos que comprometen la seguridad alimentaria y sobre la tenencia de tierras y la inversión internacional en agricultura.

Este último tema es de una importancia inmensa. Por un lado, porque la falta de inversión en agricultura es uno de los graves problemas que están detrás de la situación de inseguridad alimentaria mundial. Pero por otro, porque el tipo de inversiones que se están produciendo en los últimos años lejos de representar una posibilidad de incremento del capital físico, de la transferencia de tecnología, de la creación de empleo y de la mejora de la productividad, está suponiendo la expulsión de comunidades de sus tierras, está debilitando derechos sobre la tierra, fomenta la corrupción, deteriora el medio ambiente y está reduciendo la seguridad alimentaria. Y no de una manera testimonial: más de 40 millones de hectáreas se han negociado en los últimos meses, una cuarta parte en macroproyectos (de más de 200.000 Ha cada uno) y nada menos que un 63% de estas adquisiciones son para cultivos no alimentarios (biocombustibles, cultivos industriales, reservas de caza, ganadería, silvicultura...).

En la reunion de hoy se ha producido un interesante debate, pero la pregunta es si los Estados pasarán de las propuestas a las acciones. Porque el debate no ha podido ocultar una terrible sensación: parece que a los gobiernos este tema no les provoca ninguna urgencia. Por ejemplo, ningún país respondió a la propuesta de la sociedad civil de plantear medidas de emergencia, como una moratoria, para detener de inmediato las apropiaciones de tierra que tienen impactos más perjudiciales. La evidencia demuestra que esta práctica está transformando de manera irreversible el paisaje agrícola y está poniendo en riesgo los medios de vida de millones de pequeños agricultores y de otros grupos vulnerables.

Las intervenciones de las delegaciones oficiales recogen avances, como el generalizado apoyo al Derecho a la Alimentación en las inversiones en tierras, o el principio del consentimiento previo, libre e informado de las comunidades afectadas por estos proyectos. O la demanda de formas de inversión agrícola que no impliquen la venta de la tierra de las poblaciones locales, como inversiones conjuntas en producción y transformación. También es esperanzadora la firme voluntad de involucrar a las comunidades locales en el desarrollo de la respuesta internacional para reguar las inversiones en tierras o el claro llamamiento de varios gobiernos para que el Comité de Seguridad Alimentaria se encargue de llevar adelante este proceso.

Sin embargo, abundó la retórica acerca de las soluciones en las que todos ganan y muchos gobiernos parecen ansiosos por justificar sus propias actuaciones, con muy poca autocrítica. Escuchándoles pareciera que no existiera el problema. Y lo que se necesita ahora no es dar por cancelado este tema y considerar que las medidas voluntarias que están sobre la mesa (propuestas unas por la FAO y otras por el Banco Mundial) ya resuelven el problema. Hace falta que los gobiernos se pongan de acuerdo en un plan de acción que contemple reforzar las directrices voluntarias y los criterios de inversión para convertirlos en un verdadero régimen internacional de obligatorio cumplimiento. Si hay iniciativas internacionales sobre la venta de diamantes, el agua, la minería o los bosques, cómo no va a haberlas sobre la protección de recursos básicos para el derecho a la alimentación como es la tierra.
Volvamos a los mineros, su rescate no ha sido un milagro ni una casualidad. Tampoco hacen falta milagros para acabar con el hambre. Solo hace falta la determinación de no dejar a millones de personas olvidadas en el fondo del pozo del hambre y la pobreza.

José Antonio Hernández de Toro
Intermón Oxfam
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jueves, 14 de octubre de 2010

¿Quieres ser Robin Hood?




“Lamentablemente la respuesta de los líderes mundiales ante la crisis ha puesto mucho más empeño en el rescate de los culpables que en la protección a las víctimas. España no es una excepción y es indignante que los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno recorten la cooperación al desarrollo en más del doble de lo anunciado”, manifiesta Irene Milleiro, directora del departamento de campañas y estudios de Intermón Oxfam, coincidiendo con el lanzamiento público de un informe y una campaña con el lema “Objetivo Robin Hood: que no paguen los de siempre”.

La campaña, que tiene como protagonista al héroe de Sherwood, instará a la ciudadanía y a los decisores políticos a ponerse del lado de las víctimas y no de los culpables, poniendo fin a los recortes de la ayuda al desarrollo, impulsando vías alternativas de financiación del gasto social y el desarrollo mediante una tasa a las transacciones financieras internacionales (conocida como tasa Robin Hood) y poniendo coto a la evasión de capitales hacia paraísos fiscales.


Unos presupuestos justos

El primer objetivo es que la ayuda al desarrollo no se recorte más allá de lo anunciado por el Gobierno en mayo pasado, y se mantenga en 2011 en el 0,45% del Producto Nacional Bruto (PNB). “El recorte de 800 millones que anunció el gobierno se ha convertido de la noche a la mañana en un recorte de más de 1.200, lo que supone una injusticia para millones de personas, especialmente niños y niñas, que se van a quedar sin acceso a agua potable y tratamiento para la malaria y pagarán con su salud la irresponsabilidad de un puñado de especuladores financieros”, añade Milleiro.

Por ello, Intermón Oxfam pide a la ciudadanía que presione a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios, que tienen la última palabra en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, con el envío de mensajes on-line para que no consientan la rebaja adicional en las partidas de ayuda y gasto social de los Presupuestos Generales del Estado que se deben aprobar en diciembre.

El año pasado el presupuesto para Ayuda al Desarrollo alcanzó el 0,51% de PNB, mientras que el presupuesto presentado por el gobierno para el próximo año supondría el recorte de un punto porcentual y dejar la ayuda en el 0,4%, alejando a España de las promesas de alcanzar el 0,7% del PNB. Esto podría suponer recortar proyectos de lucha contra la pobreza ya en marcha en América Latina y África a los que España se ha comprometido.

Intermón Oxfam pedirá este mismo esfuerzo a Comunidades Autónomas y Ayuntamientos que entre 2009 y 2010 redujeron en un 10,2% lo destinado a Cooperación, situando su esfuerzo en un 0,25% de los presupuestos totales de las 17 Comunidades.

Una tasa justa


En un contexto de control del déficit público y congelación de la ayuda, es necesario encontrar nuevas fuentes de financiación de las políticas sociales y la ayuda al desarrollo. La organización recuerda que esta crisis no es un enfrentamiento entre los pobres de aquí y pobres de los países del Sur. “El comportamiento irresponsable de una parte del sector financiero está en el origen de esta crisis, que ha golpeado a los más vulnerables de todo el mundo. Deben contribuir a su solución aquellos que la han generado aprovechándose de la impunidad de un mercado y una sociedad más global”, afirma Susana Ruíz, responsable de sector privado en Intermón Oxfam.

Intermón Oxfam, junto con centenares de organizaciones de distintos países, pide la implantación a nivel global de una tasa sobre las transacciones financieras internacionales (el 80% de ellas especulativas). Una tasa de tan sólo un 0,05% permitiría recaudar más de 300.000 millones de euros anuales para el desarrollo y la lucha contra el cambio climático y el mantenimiento de las políticas sociales en los países en que se recaude.

Intermón Oxfam pedirá al Presidente del Gobierno español que haga realidad lo que anunció ante la cumbre de Naciones Unidas el mes pasado, donde manifestó su apoyo a esta tasa internacional, y que se empeñe en defender en todos los foros internacionales la necesidad de la misma. “El próximo G20 que tendrá lugar en noviembre en Corea, es una oportunidad de oro para cumplir con este compromiso” añadió Ruíz.

Para más información:
www.quenopaguenlosdesiempre.org
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martes, 5 de octubre de 2010

¿Quieres ser voluntario del Rastro de Navidad?



Desde hace 15 años Intermón Oxfam celebra cada navidad un Rastro de Juguetes. Más de 80 voluntarios reciclan durante un mes más de un trailer de juguetes que luego se ponen a la venta para conseguir fondos para los programas de Desarrollo que Intermón Oxfam tiene en los países del Sur.
Cada año nos centramos en un proyecto... este año está en TANZANIA donde Intermón Oxfam lleva a cabo un programa que trata de garantizar el alimento de las familias durante todo el año, también durante los meses en los que escasea el grano, no hay lluvias y se hace difícil conseguir alimentos para la familia. Gracias a nuestros proyectos en Tanzania 70.000 pequeños campesinos podrán comer durante todo el año.

El Rastro de Navidad además pretende llamar la atención sobre la cantidad de juguetes que tenemos en las casas, que abarrotan las estanterías y pretende sensibilizar sobre el consumo responsable de juguetes en navidad pues, reciclando, limpiando, reparando algunos juguetes que ya no se usan en muchas casas conseguimos que otros niños en Zaragoza sigan jugando a un buen precio y al mismo tiempo conseguimos ayudar a las familias del los países del Sur.

Para ser voluntario o voluntaria del Rastro de Navidad sólo hay que tener ilusión, ganas y un poco de tiempo para poder reciclar y vender más de un trailer de juguetes. El reciclado comenzará con una reunión de formación para conocer el proyecto de Tanzania y la dinámica del reciclado el sábado 23 de octubre en el Centro Cívico del Barrio Oliver.

El reciclado se realizará durante los fines de semana (viernes, sábado y domingo) comenzando el día 29 de octubre y terminando el día 28 de noviembre, también será en el Centro Cívico del Barrio Oliver.

La venta será un año más en la Estación Delicias durante los días 10, 11 y 12 de diciembre.

Necesitamos de la colaboración de todos para difundir esta actividad y conseguir reciclar los juguetes que permitirán vencer la batalla del hambre para muchas familias de Tanzania.

Si quieres ser voluntario rellena la ficha pinchando en el icono de la derecha y para cualquier duda ponten en contacto con nosotros llamando al 976 22 05 22.
GRACIAS
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Este blog está escrito y actualizado por el equipo de movilización social de la Sede de Zaragoza de Intermón Oxfam. Los textos y comentarios que aparecen aquí son el resultado de diversas actividades que realizamos para denunciar, movilizar y educar a la sociedad para que tome conciencia, actúe responsablemente y haga presión por un mundo mucho más justo.