Mi cooperación durante dos años en un proyecto con pequeños agricultores en Rôndonia, en el corazón del pulmón más grande del planeta (el amazonas) me ha llevado a dejar mis obligaciones en la movilización social de Intermón Oxfam en Zaragoza para volver al Sur, aunque sólo sea por un mes, para cargar pilas, para volver la vista al Sur, que es lo que nos mueve a todos los que formamos parte de Intermón Oxfam a trabajar día a día.
La amazonía es inmensa, uno se da cuenta al llegar a un país que también es inmenso y que afortunadamente ha contado en los últimos años con un gobierno que está ayudando a un país con un increíble número de personas que necesitan ayuda hasta para comer y con un increíble número de personas que viven muy por encima del nivel de vida de la media europea.
Las diferencias sociales llaman la atención, ver carro de caballos o un viejo coche de 30 años al lado del mejor todo terreno del mercado... estremece. Es difícil digerir estas cosas cuando uno ya siente a esta gente como algo propio y cercano.
De nuevo he llegado pasando por grandes ciudades sin querer ni echar un vistazo por la ventanilla, el pueblo me esperaba en un rincón de la amazonía, en la frontera con Bolivia, en Rondônia, una región poco conocida que desafortunadamente aparece en la nueva aplicación social y medioambientalista del Google Earth por una denuncia sobre el desmatamiento, sobre la tala ilegal de árboles de esta región que ha hecho que en 30 años desde los satélites que vigilan nuestros movimientos en la tierra el espectáculo resulte dantesco.
Las cosas están como hace dos años. Pocas cosas han cambiado. En positivo observo que casi no hay más serrerías, que el gobierno ha entrado fuerte contra la tala ilegal de madera, muy fuerte, aunque eso afecta a unos pocos madereros que seguro tienen más madera que seguir talando a escondidas y... a muchos pequeños empleados que soñaron con un futuro aunque fuera en una actividad reconocida como ilegal (todavía hoy las pocas serrerías que existen esconden la madera que cortan en medio de los campos para no ser vista almacenada en las propias fábricas... será todo tan legal como dicen?). En negativo observo las grandes plantaciones de arroz que se han empezado a plantar cerca de las carreteras y que según dicen es la primera fase para que luego llegue la soja, el producto que ha hecho del Mato Groso (llamado así por ser un gran bosque) la gran hacienda donde uno sólo ve soja a cientos de kilómetros a la redonda. También el ganado está recuperando terreno auspiciado por los gobernantes que son los primeros que incentivan esta actividad que de nuevo mucho dinero para unos pocos y explota a muchos pequeños obreros.
La región de Rondônia en haciendas propiedades de personas que hasta forman parte de la política está denunciada como la región que más trabajo esclavo tiene de todo Brasil y sin embargo... aquí la gente calla y aún da gracias a Dios de tener lo que tienen.
Pasé dos años en esta región trabajando con un puñado de agricultores, continuando el trabajo que durante años hicieron otros cooperantes, ahora paso las horas hablando de posibles soluciones de ideas para hacer florecer la cooperación entre los pequeños agricultores en un mundo cada vez más individualista también aquí, en el corazón del gran pulmón de la tierra.
Un amigo que trabaja en esta región escribía hace unos días un artículo que se llamaba ´Bendita crisis´que venía a decir que esta crisis del norte en lugares como este está viniendo hasta bien, yo suscribo lo que dice y me siento un extranjero en esta tierra que me acoge con tanto cariño y que me llena de ganas para seguir gritando en el norte, en España, en Zaragoza, que tenemos que cambiar las estructuras, que tenemos que luchar para que las políticas de los que a pesar de las crisis seguimos siendo los más ricos, respeten los derechos de estos pequeños agricultores que en todo el mundo reclaman justicia o que la reclamarían si alguien les dijera que es un derecho que tienen.
No puedo dejar de pensar cada minuto en los miles de millones de euros que en estos días salieron de las arcas de los estados para prestar a los bancos de todo el mundo. Una vergüenza sin precedentes que algún día tendremos que pagar porque uno en esta tierra, calzando las mismas sandalias de la gente del campo no deja de sentir vergüenza de su nacionalidad tan hipócrita y descarada.
Es posible hacer las cosas de otra manera, es posible soñar un mundo diferente.
Sólo tenemos que empezar a hacerlo... aunque seamos pocos.
Para saber más sobre esta región recomiendo leer las entradas de mi amigo Zezinho
José Miguel Capapé, responsable de movilización social de Intermón Oxfam en Zaragoza... ahora en Rondônia
Páginas
lunes, 5 de enero de 2009
En el corazón del pulmón del planeta
Publicado por
Intermón Oxfam
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este blog está escrito y actualizado por el equipo de movilización social de la Sede de Zaragoza de Intermón Oxfam. Los textos y comentarios que aparecen aquí son el resultado de diversas actividades que realizamos para denunciar, movilizar y educar a la sociedad para que tome conciencia, actúe responsablemente y haga presión por un mundo mucho más justo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario